Thais
De verdad le importo.
Se preocupa por mí.
Es posible que siente algo más que deseo por mí aunque suene ilógico. Bueno, quizá es obsesión, pero me mantendrá viva.
He puesto a prueba está teoría cuando la he dejado abrazarme sin poner resistencia, mostrándome débil y vulnerable, él había respondido de una manera sútil, un hombre que no había logrado conocer salió a la superficie y eso me hizo sentir esperanzada, es más que obvio que no me dejará ir al menos que logré convencerlo de dejarme marchar. Eso sería jugando con su mente, si mi captor simpatiza conmigo lo que hará es un síndrome contrario al Estocolmo, en vez de que el cautivo se enamoré de su captor es él quien lo hace. Quizás no sea común, pero no pierdo nada con intentarlo además, ha sucedido en muy pocas personas, lo que significa que es una posibilidad que no puedo dejar pasar.
Por supuesto, tengo que admitir la posibilidad de que nos acostemos, ese tipo es definitivamente irresistible.
Es sexy como el infierno. Pero no me dejaría solo por mi cara bonita.
No puedo explicar exactamente lo que me pasa con él, ¿es que lo llamamos amor a primera vista?, no. Es un asunto químico, físico, carnal, deseo, es lujuria; un fenómeno que excita los sentidos en abundancia de cosas que nos estimulan y nos nubla el razonamiento. Con Aang siento un apetito sexual descomedido. Pero todos saben que en la lujuria el interés por la otra persona es efímero, dura lo que se tarde en satisfacer la necesidad sexual, siendo dependiente de la intensidad del deseo que se esté sintiendo.
El ruido sutil de la puerta siendo abierta me pone en alerta. Yo vuelvo a estrecharme más con las sábanas para cubrir mi desnudez, y finjo estar dormida. Sé quién es, y solo deseo saber qué es capaz de hacer. Escucho la puerta cerrarse, unos pasos acercarse. Pasan unos segundos cuando el colchón se hunde a mi lado.
Me quedo inmóvil al sentir sus manos en mi columna, provocándome un escalofrío desagradable.
Juro que si su mano toca de más no será necesario que Aang lo mate, porque lo haré yo misma.
—Sé que no estás dormida —susurra en mi oído. —Si aún desea tu libertad, te espero en media hora al otro lado del portón.
—Es imposible que llegue ahí sin ser vista —yo me siento en la cama, sin dejar de cubrirme.
—Encuentra la manera, es tu última oportunidad, el señor Briand tomará un avión a Francia está tarde y sabes que sucederá si eso pasa.
—¿Francia?, ¿pero por qué? Es imposible escapar y eso afecta mis planes.
—No lo sabías, ¿cierto? —comenta con gracia en la voz.
—¿Qué cosa?
—En realidad solo viene aquí cuando tiene algunos negocios, su verdadero hogar está en Francia.
—¿Cómo pretendes que pase desapercibida? —digo desconfiada.
—Solo tienes que obligar a alguien a inhalar eso —me enseña un flaquito el cual deposita en mis palmas. —Hay un solo guardia ahí, los otros están ocupados, el reloj corre desde ahora.
Asiento con la cabeza, él se aleja abandonando la habitación mientras mantiene una conversación telefónica en inglés.
Salgo de la cama e ingreso al baño, tirando el flaquito, pero me arrepiento y decido guardarlo. Por mí se puede quedar esperando toda la noche si quiere. Puede que tengas muchas ganas de huir, pero eso no me quita la capacidad de pensar. No soy tan tonta. Sé que está jugando conmigo y tiene unas inmensas ganas de follarme, una oportunidad que le estaría dando si acepto huir con él.
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Thais [Libro #1]
RomancePrimer libro de la saga «Placeres Culposos». Soy Thais Delgado, una estudiante universitaria que siempre ha estado enamorada de mi mejor amigo. Pero un día, por error, entro en el baño equivocado y me encuentro con Aang Briand, un enigmático magnate...