Elliot
[Thais está en el ascensor asegúrate de que llegue a casa.]
Al instante le pido a los guardias que la hagan llegar al coche, en ese momento llega otro mensaje.
[Antes llévala de paseo a algunas tiendas. O lo que sea que le quite el mal genio que trae encima.]
Al salir del coche, espero con la mano en la espalda. Unos segundos después, la puerta del edificio se abre y sale Thais.
Abro la puerta del asiento de la limusina, ella entra sin decir ni una palabra, ya no tiene esa sonrisa que tenía cuando entró. La miro por unos segundos mientras ella mira a través del cristal de la ventana divisoria.
—¿Quieres que te ponga algo de música? —pregunto y ella niega con la cabeza.
Bueno, no quiero hablar.
Sin querer incomodarla, no digo nada más. Quizás un día de compras le reviva los ánimos.
Cuando voy a encender el auto escucho la puerta ser abierta. Me mantengo atento por si va a salir corriendo, pero para mi sorpresa, Thais viene a sentarse conmigo, de copiloto y me explica que se siente sola atrás.
—No te importa, ¿verdad? —me pregunta, mirándome y le muestro una sonrisa tranquilizadora.
—No —enciendo el motor. —¿Quieres ir de compras?
—No, quiero un paseo por París —su voz suena tranquila y firme—. Siempre he querido estar aquí, pero lo he estado aquí por un tiempo y no he podido ver la ciudad —Conduzco en un cómodo silencio durante un rato.
Tomo la dirección de Ile de la cité y Ile Saint-Louis, conocida por ser "cuna de París". Entrego la llave del auto al vatel de un estacionamiento privado y atravesamos el Pont-Neuf, la plaza Douphine, descubrimos Notre-Dame, el Hôtel-Dieu. Thais quiere una crepa y termino por correr detrás de ella hasta el puente Marie para admirar los barcos pasar lentamente por el río Sena.
Las imágenes en mi mente son las de una adolescente testaruda de veinte años, con el cuerpo delgado, con aquella sonrisa y esos ojos azules tan insolentes. Puedo ver su desaprobación y la traición en el rostro de Thalia, si viera que fui cómplices del secuestro de su hermana. Estaría tan lastimada.
Se me revuelven las tripas. Conduzco a Thais dentro del coche y hago lo posible para no pensar en eso.
Ella no sabe y jamás debe enterarse del pasado de su hermana.
—Gracias por el paseo... —comienza a decir Thais, pero en ese momento vislumbro un movimiento en el espejo lateral y se me acelera el pulso.
—Abróchate el cinturón —le ordeno al ver que en la estrecha carretera detrás de nuestro coche hay un coche que nos está alcanzando a toda velocidad.
—Nos están siguiendo, ¿verdad? —percibo el pánico en su voz.
Piso el acelerador impulsado por una oleada de adrenalina. La limusina se mueve hacia delante, acelerando a un ritmo de locura, compruebo mis armas, llamo por el radio a los guardias y ordeno que se dirijan a nuestro encuentro.
En el momento en que comienza el tiroteo, miro por el espejo retrovisor y veo a uno disparar nuestro vehículo. Una bala roza un lateral de nuestro coche y giro con brusquedad.
Joder.
Aprieto el volante con las manos. Esto no debería estar pasando, ¿por qué tanta insistencia en Thais? ¿Hay algo que nos esconde?
Piso más fuerte el acelerador, pasando el velocímetro a 160 kilómetros por hora.
Puedo manejar eso y desde luego he sido entrenado para eso, pero Thais no. Si algo le pasa, Aang no me lo perdonará y ella...

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Thais [Libro #1]
Roman d'amourPrimer libro de la saga «Placeres Culposos». Soy Thais Delgado, una estudiante universitaria que siempre ha estado enamorada de mi mejor amigo. Pero un día, por error, entro en el baño equivocado y me encuentro con Aang Briand, un enigmático magnate...