36

19.2K 2K 337
                                    

Thais

[Thais, empiezo a estar muerta de la preocupación. Tu jamás desapareces así por así, tu historia no concuerda. Estoy asustada, ¿en qué lío te metiste? Cualquier cosa la podemos solucionar entre los tres. Solo llámame.]

[Thais, mira, estoy preocupada por tu silencio. ¿Por qué no me hablas?]

[¿Thais? ¿Eres tú? Maldición, contéstame, ¿Thais, estás bien? ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué no me hablas? Thais, respondeme, ¡que me asustas!]

[Respóndeme o, me veré obligada a llamarte por tu nombre completo.]

Respiro profundamente antes de marcar el número de Verónica. Luego decido mejor hacerlo por Skype.

Algunos días han pasado desde el paseo en el barco con Aang, y sigo sin poder regresar a la tierra, todavía es tarde, tengo puesta una camiseta de algodón de manga larga, unos pantalones cortos jeans y calcetines de lana mientras estoy en la cama con un libro de Marketing al lado.

Me vuelvo loca, mirando con insistencia el teléfono, esperando ver el rostro de Vero, ya le había dejado un mensaje de voz contándole toda la verdad.

Recuerdo que cuando me desperté en el barco Aang aún seguía dormido. Mi primer pensamiento fue aprovechar que estábamos en un lugar así para huir. La idea me dio tanta vuelta por la cabeza. Sin embargo, tragué mi locura y regresé a dormir a su lado y me di cuenta que en realidad no estaba dormido, había sido una especie de prueba y yo había pasado. Desayunamos en el barco y cuando regresamos a casa un teléfono móvil junto a un portátil me esperaban encima de la cama.

No puedo cambiar el hecho de que me haya secuestrado. No puedo cambiar lo que ha pasado entre los dos. No puedo negar el hecho de que confío en él, pero sí puedo hacer es cambiar de estrategia. Ya me he dado cuenta que luchar contra él será en vano, ¿por qué no unirme a él? Estoy ganando más con mi actitud sumisa. Obviamente mi carácter sigue chocando con el de él, pero a él le gusta así.

Le gusta que sea obediente, pero adora que le lleve la contraria. Entonces, ¿por qué no cambiar las tornas?

—Lo siento, justo te llamé hace unos segundos —digo cuando la bonita cara de Vero aparece en la pantalla, con sus mechones castaños revueltos en todas partes.

—¡Más te vale! ¡Estaba preocupadísima! Te has desaparecido por casi un mes, dejando todo abandonado, además me sale con ese cuento.... Te has conectado desde hace una semana y me contestas hoy. ¿Acaso se te fue un tornillo? ¿Consumes algunas drogas? ¿Qué diablos estás haciendo, Thais?

—¿Terminaste? —susurro un poco cohibida por su reacción, se nota que estaba preocupada.

—No, eres una desgraciada y una desconsiderada. David me llama por teléfono todo los días; completamente afectado por tu desaparición —comenta aún más histérica, luego agrega en un tono más calmada. —¿Thais, me tomas de imbécil? Confiesa que no existe ningún hombre de ojos verdes que te secuestró.

—De hecho, Aang, si existe y no le gusta que sean demasiados curiosos con respecto a él.

—Todo eso es muy misterioso, ¿no quieres decirme exactamente lo que ocurre? Fue muy extraño que te hayan pagado el crédito estudiantil e incluso el desembolso por la beca.

Thais [Libro #1]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora