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Aang

Supe que Thais entraría a mi habitación tarde o temprano está noche mientras cree que duermo. Lo había visto en su mirada antes de irse.

Intentará hacerme algo, ya que sabe que no puede dominarme a base de fuerza física, lo intentará mientras estoy dormido.

Es obstinada, implacable y un auténtico dolor de muelas.

Así que puse mi plan en marcha. Dejo mi puerta abierta a propósito y subo a mi cama haciéndome el dormido y cuando la oigo frente a la puerta y entre; la castigaré. Esa es mi venganza por haberme dejado con las bolas azules.

Me gusta provocarla, sabiendo que después terminará siendo castigada por sus acciones predecibles.

Entonces la oigo llegar.

Oigo cómo el picaporte gira con cuidado, anunciando su presencia con ese sonido. Me quedo en la cama y la espero. La puerta se cierra con el mismo silencio. Todo mi cuerpo se tensa mientras ella se acerca y mi sangre se dibuja una mezcla de excitación y emoción. Cómo voy a disfrutar azotar su trasero.

La siento aproximarse lentamente a la cama con la respiración pausada. Su peso se hunde levemente en la cama; mi miembro se endurece y decido ver qué tiene pensado hacer.

Tal vez su castigo sea mucho más grave.

Si intenta matarme estaría en todo mi derecho de follarla como he querido por tremenda insolencia en atentar contra mi vida.

Se inclina sobre mí mientras le doy la espalda, todas las imágenes pasan por mi cabeza; ella intentando asfixiarme con una almohada, ella rompiendo algo en mi cabeza o intentando apuñalarme. No tiene muchas opciones.

Me pongo duro con solo aquellas imágenes.

Las sábanas se retiran suavemente de mi cintura y de pronto brinco sobresaltado al sentir el impacto de unas palmas en mis glúteos desnudos.

¿Acaso se ha vuelto loca?

La piel me cosquillea por el impacto de la palma de su mano contra mi trasero. De inmediato, la piel me arde por el calor del golpe. Sin detenerse a perder la oportunidad me da otro azote con más fuerza que la anterior, me giro hacia ella y a pesar de que la furia me arde muy lento en mi pecho siento algo más. Algo distinto. Todo mi cuerpo se tensa por la innegable excitación que me recorre las venas. Mi erección está más grande. Me golpeó, y lo hizo con fuerza, poniéndome más duro que nunca y me siento vivo, excitado. Eufórico.

Me imagino inmovilizándola debajo de mí mientras la follo. Sería una buena lección.

Y estaré en todo mi derecho.

Ella se metió en mi habitación mientras estaba dormido desnudo y me azotó.

Es un castigo justo. Al menos lo es para mí.

—Eso es para que sepas que se siente que te azoten el culo —abre los ojos con hostilidad.

La agarro de la muñeca y la inmovilizo rápidamente, sujetándole la mano y el resto del cuerpo. Dejo caer mi peso sobre ella. La miro fijamente, observando como se retuerce y se mueve debajo de mí, haciendo lo que puede para liberarse.

Nada va a funcionar.

—Suéltame.

—Oblígame.

—Quítate.

—Ya te dije. Oblígame, Thais.

Es demasiado pequeña y débil como para vencer a alguien como yo.

No obstante, disfruto viéndola intentar hacerlo. Mientras más lucha, más duro me pongo.

Thais [Libro #1]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora