Aang
Quiero follarla. Quiero tomarla con rudeza, hacerla gritar tanto de dolor como de placer. La deseo desesperadamente, mis impulsos son inmensos, pero no puedo, ¿cuándo me convertí en la presa?
Ella es la prisionera, puedo hacer lo que quiera con ella porque es de mi propiedad. Absolutamente nadie puede impedirme hacer algo con ella. Sin embargo, quién pone las condiciones es ella.
Thais.
¿Desde cuándo me volví su títere?
Dios. Quiere azotarme y no me dejaré enterrarme dentro de ella hasta que eso pase.
Al principio me pareció una locura, pero después de que ha pasado una semana la idea comienza a gustarme, ese pensamiento me pone caliente, ella es muy vengativa y cruel. Estoy seguro que no tendrá piedad de mí. Nunca había permitido a ninguna mujer hacerme eso y jamás me había pasado por la cabeza esa idea, pero no puedo negar que ella es la persona perfecta para eso, la idea me excita hasta puedo sentir las palpitaciones de mi sexo. Además, me estoy volviendo loco por su rechazo.
Ella ha logrado evitarme como la peste desde que la dejé sin orgasmo.
Se encierra en la habitación cuando vengo a casa y mientras no estoy aprovecha para pasear. Sin embargo, su lugar favorito es mi habitación, incluso cuando escribí un gran letrero perfectamente en español que dice "No entrar".
Me había enojado mucho al darme cuenta. Quise castigarla de nuevo, luego me di cuenta de porqué lo hace (suele quedar acostada en mi cama, leyendo uno de esos libros que la hacen tocarse de vez en cuando mientras grita mi nombre) y no tuve más opción que fingir que no me he dado cuenta que entra ahí.
Después de cenar, yo sé que estará en su habitación. Me acerco a la puerta y entro. Sé que si toco es capaz de encerrarse en el baño solo para evitarme. La veo parada cerca de la ventana, mira el exterior con melancolía. Lleva un vestido morado que le ajusta a los pechos y a sus curvas perfectamente. Cuando me oye se da la vuelta.
Thais camina hacia mí a ver que vengo en su dirección, solo tengo que dar unos pasos para detenerme a unos centímetros de ella. Los dos parecemos saber muy bien lo que está a punto de suceder. Nos miramos.
Ella tiene la respiración acelerada y sus ojos están llenos de deseos. De dos zancadas hago desaparecer la distancia que interpone entre nosotros y capturo su cara entre mis manos. Uno mis labios a los suyos con agresividad. La empujo contra la pared.
—Espera... —dice cuando mis manos viajan a sus bragas. —¿Tenemos un trato?
¿Acaso nunca se le olvida nada?
—Solo por hoy y no permitiré que vuelva a suceder.
Ella se queda pensativa.
Joder, no pienses tanto. Estoy que exploto.
—Treinta —traga saliva, cruzando sus piernas en mi cintura.
—¿Qué cosa? —murmuro, mirándola.
—Treinta azotes.
—Veinte —le estoy permitiendo demasiado.
—Veinticinco —insiste la muy testaruda.

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Thais [Libro #1]
RomancePrimer libro de la saga «Placeres Culposos». Soy Thais Delgado, una estudiante universitaria que siempre ha estado enamorada de mi mejor amigo. Pero un día, por error, entro en el baño equivocado y me encuentro con Aang Briand, un enigmático magnate...