Pasado
Thalia
—Esto no servirá —gruñe Gian, revisando su arma con manos temblorosas. La desesperación tiñe su voz mientras maldice en ruso, consciente de que solo le quedan unas pocas balas. Las luces parpadeantes del tiroteo resaltan su expresión de pánico en la penumbra.
Yo no estoy mejor.
Los dos estamos detrás del vehículo, atrapados en medio de un tiroteo que ha durado sólo unos minutos, pero que parece más largo.
Pensé que serían los hombres de Cane, pero no, es peor. Su jefe el Escorpión se ha unido a la guerra. Cuando lo veo, su figura imponente y su mirada gélida, sé que estamos en problemas. Su reputación de no conocer el miedo se materializa ante nosotros, y el pánico se instala en mi pecho. Se meterían de buena gana en los disparos directos con tal de matar a sus objetivos.
Sacha me había informado que nuestro objetivo rondaba los treinta o cuarenta años. Pero al ver al Escorpión, un joven de apenas veintiún años, supe que habíamos sido engañados. ¿Cómo alguien tan joven podía liderar una organización criminal tan poderosa?
La emboscada fue inteligente. No solo nos tienen a Gian y a mí juntos, sino que también nos tienen sin apoyo. Ya que nos superan en número, es más fácil para ellos eliminarnos ahora. Hemos estado tratando de retrasar todo lo posible antes de que lleguen los refuerzos.
—¿Cuánto te queda? —le pregunto a Gian.
—Cinco —dispara una bala y le da a un matón en el pecho. —Cuatro. Tres. Tengo otra arma, pero no creo que sea suficiente.
—¡Se reproducen como cucarachas! —Concuerdo. Gian abate a dos enemigos más, pero otros siguen avanzando, escudándose detrás de los coches.
Probablemente saben que pronto nos quedaremos sin munición, así que no les importa sacrificar unos cuantos soldados para vaciar todas nuestras armas. No sé porqué me sorprende.
A este ritmo, nuestra muerte es una cuestión de segundos, no de minutos.
—Deja de disparar —le digo en ruso. —Trata de esconderte más, idiota.
—Cuando necesite tu ayuda para decirme cómo disparar, te la pediré, gracias —dice Gian sin mirarme.
Está distraído, la mirada se desvía hacia el Escorpión y hacia mí.
—Nos quieren sin balas —murmuro, colocándome instintivamente frente a Gian. Mi corazón latía con fuerza, pero mantuve la calma mientras me agachaba y observaba la escena a través de la ventana del coche, tratando de idear una estrategia para salir de esta trampa mortal.
Todavía son muchos, y lo más probable es que me quede sin balas en cuestión de segundos.
Uno de los hombres del Escorpión se acercaba rápidamente, su arma levantada y lista para disparar.
—¡Cuidado, Gian! —grito, el pánico apretando mi garganta mientras él gira y dispara en un solo movimiento, creando un agujero sangriento, y me agarra por el brazo.
—Joder. Estoy fuera —tira su arma. —Y quédate quieta. Vas a conseguir que te maten.
—¿Estás seguro que van a llegar a tiempo...? —no tengo la oportunidad de mirarlo cuando otro guardia se precipita hacia nosotros.
—Deja que me encargue de este imbécil —Gian se pone delante de mí.
—No seas idiota, tiene un arma.
Me guiña un ojo por encima del hombro. —No me detuvo antes.
—No eres invencible, idiota.
—Me encanta tu amor duro, Thalia —sonríe.

ESTÁS LEYENDO
Thais [Libro #1]
RomancePrimer libro de la saga «Placeres Culposos». Soy Thais Delgado, una estudiante universitaria que siempre ha estado enamorada de mi mejor amigo. Pero un día, por error, entro en el baño equivocado y me encuentro con Aang Briand, un enigmático magnate...