Thais
Está mañana la habitación está inundada de sol apenas abro los ojos. Me estiro en la cama, dándome cuenta que estoy sola. El lado de la cama no está deshecho lo que significa que no durmió conmigo.
¡Genial! Me dejó hecho trizas con su arma mortal y ni siquiera se dignó a dormir a mi lado. Ay, cuanto me alegro por eso.
Es la primera vez que me alegro de que sea tan patán. Ojalá sea así todo el tiempo.
De ayer por la noche, solamente recuerdo la habitación de arriba, haberlo amarrado, azotado. Después de eso nada. La pared, él y nada más que él castigándome una y otra vez sin piedad, sin contemplación hasta alcanzar la cúpula.
No recuerdo haber llegado hasta aquí, pero debe haber sido él quien me trajo.
Veo que es la misma habitación que desperté desde que estoy aquí, un poco atontada salgo de la cama, haciendo una mueca por el dolor que siento en el interior. De hecho me tiemblan las piernas mientras voy al baño, los muslos internos me duelen de abrirlos de par en par.
Respirando profundamente, me apoyo en la puerta del baño para tomar un breve descanso, luego me dedico a cepillarme los dientes y ducharme.
Mis músculos están doloridos, sí, pero ese dolor me evoca deliciosos recuerdos. Lo siento en cada poro de mi piel al recordar que estuve con él durante la noche.
Obviamente no volverá a pasar. Eso fue una locura, algo de una noche y se olvidará. Cumplí con mi parte y él también. Ese era el trato. Ya nada me obliga a acostarme con él de nuevo y no lo haré.
Cuando salgo del cuarto del baño envuelta en una toalla, con el cabello húmedo, me visto rápidamente con un pantalón corto y una camiseta gris, luego me escabullo al comedor para mi gran decepción y alivio veo solo a Anton, quién parece haber estado esperándome.
Me saluda con un 'buenos días, mademoiselle" y le respondo secamente antes de dedicarme a comer en silencio.
—Monsieur Briand, indicó expresamente que no debe salir de la casa antes de su regreso, mademoiselle —dice él, con voz pausada y tranquila.
—¿Qué no debo? —digo casi irritada.
—Lo siento, mademoiselle. Pero es una orden además, toda la zona está asegurada —¿teme que intente escapar de nuevo? Porque es lo único que he intentado desde que llegué aquí.
Maldito infeliz.
Mi mirada habla por sí misma y Anton retoma su discurso.
—Puedes disfrutar de la piscina si no quieres quedarte encerrada en la habitación.
Asiento. Él desaparece en total sigilo...
Entrada la tarde, después de haber hundido mi aburrimiento en un libro que tomé de la biblioteca de Aang y cenando sola en el comedor. Estoy más que indignada.
¿Me está evitando?
Desde que estoy en esa casa jamás había llegado tarde, su rutina era muy monótona por lo que sin la necesidad de un reloj sabía exactamente cuando llegaba a casa, pero hoy no quiere aparecer.
Atravieso la cocina tranquilizada por esos pensamientos y tomo una botella de agua, unas cerezas, luego voy a tenderme en una de las tumbonas. Leo durante media hora aproximadamente.
De repente, sin que lo haya visto acercarse, Terrence se encuentra frente a mí.
—Hola.
Lo miro recelosa y dejando el libro a un lado. —Hola.

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Thais [Libro #1]
RomansaPrimer libro de la saga «Placeres Culposos». Soy Thais Delgado, una estudiante universitaria que siempre ha estado enamorada de mi mejor amigo. Pero un día, por error, entro en el baño equivocado y me encuentro con Aang Briand, un enigmático magnate...