Homeless || Frerard

Capítulo 4

𝖀𝖘𝖊 𝖒𝖊

—¿Por qué no me lo dijiste?

—Quería ver como reaccionabas. —lo observé aún sin dejar de tocar su mano.

—¿Quieres hablar de eso? —preguntó tranquilo. Yo negué. 

—Si lo hablamos ahora se hará complicado, no quiero eso. —respondí

—Esta bien pora mi. —dijo Gerard.

—¿Quieres ir a mi casa? —sugerí. volteé a verlo.

—Yo diría que si porqué tengo beneficios ¿Pero, tu faltarás a clases?

—Vamos. —repliqué levantándome. —mi papá no está en casa así que podemos estar a gusto..

El sólo se levantó, sacudió sus pantalones y continuamos caminando hasta mi casa mientras hablamos.

—¡Mamaaaá! —vociferé al entrar a la casa. Gerard estaba detrás de mi.

—Volviste temprano cielo. —respondió ella saliendo a saludarme.

—Si, es que tenemos que estudiar y bueno, ehmm.. Te presento a Gerard. —señalé —Está en último año y también es profesor suplente.

—Un gusto conocerla señora. — estrechó su mano sonriendo encantador como siempre.

—Bueno, estaremos en mi cuarto mamá. —comencé a subir las escaleras en dirección a mi habitación. Gerard iba detrás de mi.

—Bueno, este es mi cuarto, ponte cómodo. —sonreí mientras señalaba hacia la habitación y cerraba la puerta.

—Tienes muchas guitarras, ¿Tocas? — preguntó mientras observaba.

—Claro. ¿Crees que si no tocará tendría tantas? —intenté ser sarcástico.

—Tal vez coleccionas, nunca se sabe.— dijo sentándose sobre en la cama.

—Gerard.. —me senté a su lado. Él me observó. —¿Puedo besarte ahora? —pregunté.  Él sonrió y asintió enérgico.

Le devolví la sonrisa y colocando mi mano en su rostro comencé a besarlo, no fue un beso como el de antes, era lento, casto, calmado, se sentía incluso mucho mejor, mucho más cálido.

—Tienes labios suaves.. — dijo apartando sus labios pero,  aún estaba cerca, nuestras narices chocaban entre sí.

—Y tu eres un chico muy dulce.. —dije sonriendo haciendo que este se sonrojase un poco.

Él acarició mi cabello con su mano y comenzó a depositar pequeños besos entre mis mejillas y mi cuello. Mi cuerpo se estremeció.

—Frank, cielo. ¿Puedo pasar? —escuché la voz de mi mamá tras la pierta la puerta luego de tocar.

Rápidamente me levanté a abrir la puerta ¡Gracias al cielo que tocó!

—Mamá.  ¿Que pasa? —Pregunté al abrir la puerta .

—Vine a traerles estos bocadillos, ya que tienen que estudiar necesitarán energía. —dijo pasando a dejar los bocadillos sobre mi mesa de estudio. —Y, cariño, acaban de llamarme por trabajo así que tengo que irme y no volveré hasta mañana por la tarde pero descuida, tu papá estará aquí en la mañana. —agregó para finalmente darme un beso en la mejilla.

—Bien, que te vaya bien, mamá. —me despedí con un beso en la mejilla el cual ella devolvió dándome uno en la frente. —Hasta mañana.. ¡Te quiero! —dije finalmente. Ella salió y cerré la puerta.