Sabía que el procedimiento era rápido, pero el tiempo parecía no avanzar. El reloj de la sala de espera se había pausado y al parecer todo al su alrededor también. Mi mirada vagaba entre el reloj y la puerta esperando a recibir una respuesta de parte del equipo médico.Mi pierna iba arriba abajo mientras llevaba en mi cuello el collar de la esperanza que le había dado a Juliana, yo lo necesitaba en este momento y le pedía constantemente a mamá y mis hermanos que ayudaran en el trasplante. Mi paciencia estaba llegando a su límite cuando sentí la mano de Lupita en la mía.
– Debes calmarte, Vale. – Dejó de sobar mi mano para poder abrazarme. – Juliana es muy fuerte, saldrá bien, si ha llegado el donante es porque estaba destinado a ser. Es la vida dándonos a entender que todavía le queda mucho por delante. No sabes cuánto tiempo esperamos por ello y ahora está aquí. ¿Qué son un par de horas a comparación de meses y horas de espera?
– Yo necesito que ella esté bien, y a pesar de que mi papá ha hecho muchos trasplantes no puedo evitar ponerme nerviosa. Quiero que todo esto acabe ya.
–Juli ha sido una guerrera desde que era pequeña, recuerdo que apenas tenía cuatro años cuando ella decidió que quería probar mi maquillaje que estaba en el mueble de mi habitación, no se cómo lo hizo pero logró subirse por si sola. –En mi mente empecé a crear una imagen de Juliana de niña llena de maquillaje, una sonrisa se dibujó en mi rostro – Cuando llegué a traerla a la habitación se asustó y se cayó. No logró detener el golpe con las manos y se lastimo la barbilla, la tuvimos que llevar a emergencias y la suturaron. – Eso explicaba la pequeña cicatriz. – Te cuento todo esto porque Juli estaba emocionada por tener maquillaje puesto que nunca se pensó en llorar o que estaba en el hospital. Ella es tan valiente, y ahora imagínate lo fuerte que es sabiendo que tiene a una persona que la ama tanto y esta aquí esperando por ella.
Mi sonrisa se hizo más grande, y asentí.
Estaba a punto de dar una respuesta cuando llegó una de las enfermeras del equipo de papá.
–Lupita, Macario –dijo la enfermera, cuando me vio levantarme, me llamó a mi también.
–¿Cómo salió todo con Juli? – Lupita fue la primera que logró hablar.
– El procedimiento ya terminó, en un momento vendrá el Dr. Carvajal a darles todo el detalle, solo me adelanté para decirles que todo esta bien.
***
Lupita llevaba unos treinta minutos de estar contando algunas de las muchas historias de Juliana de niña yo las estaba disfrutando.
Estaba por comenzar otra cuando papá tocó mi hombro. Y dirigió su mirada hacía Lupita y Macario.
–Señores Valdés, todo salió muy bien durante el trasplante. Quisiera hablar con ustedes en mi oficina más a fondo. Valentina, luego te explico a ti.
Sabía que mi papá no hacía eso por hacerme daño, en este caso era el doctor, por lo que decidí quedarme en mi silla, debía darles su espacio y privacidad. Luego iría a hablar con mi padre. Me quedé con la mirada en el piso blanco y brillante del hospital cuando sentí que Macario tomó mi mano.
–Tu también vienes Valentina, ya eres parte de esta familia, mereces saber todo lo que está pasando con Juli.
Asentí y caminé con ellos. La sensación de pertenecer a la familia Valdés hacia mi corazón latir más rápido, y sabia que sería mi lugar por el resto de mi vida.
***
–El trasplante no tuvo ninguna complicación –Dijo papá sentado en su silla de oficina – seguimos todo al pie de la letra, el único cambio que tenemos es que decidimos dejar a Juliana en el área de cuidados intermedios, ella está muy débil y su cuerpo esta batallando contra mucho por el momento, y no necesitamos agregar algo más a la lista de batalla. Por lo que estará dos semanas sin acceso a visitas. –Solo eso faltaba– Solamente podrá entrar el personal médico a su habitación. Si desean verla deberá ser a través de la ventana de la habitación.
Dejé salir un bufido.
–Valentina –la voz de papá era un poco más fuerte. – Recuerda que es por su bien. Si hay una mejora antes de esas dos semanas podemos darles acceso uno a la vez.
–Gracias por todo– Dijo Macario dándole un fuerte apretón de manos.
–No es nada. Es una muchacha muy perseverante.
***
Luego de realizar todo el protocolo de limpieza, me dieron el ingreso a el área de cuidados intermedios. Caminé hasta encontrar la habitación de Juliana, me acerque hasta la ventana de la misma, y ahí estaba mi novia. El amor de mi vida.
Se encontraba dormida, se le veía muy tranquila, daría lo que fuera por poder entrar y susurrarle al oído que todo había ido bien, que se iba a mejorar y poder tomar sus finas y frías manos entre las mías.
Estuve tanto tiempo frente a la ventana como me fue permitido, las enfermeras me indicaron que ya no era hora para visitas y que podía llegar al día siguiente.
El camino a casa se hizo eterno y mi cama se sintió extraña, tenía tanto tiempo de no dormir en ella después de pasar tantas noches en la de Juliana y en las del hospital, sentía la cama fría al ser solo yo en ella. Esa noche tuve una nueva sensación y era la viva y real esperanza de que todo iría mejor. Y así me quedé dormida, sosteniendo en mi mano el collar de Juliana con la convicción de que habrá un futuro para nosotras.
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Gracias por su eterna espera. 🥺
Nos leemos pronto
Chris ✨