29.
VALENTINA
Querida Valentina:
¡Felicitaciones! Siempre supe que podías hacerlo. Al igual que sé que te va a ir bien en la universidad y eligiendo alguna carrera increíble. Tal vez perseguirás una carrera en la música; me encanta escucharte cantar.
No es fácil escribir esta carta. Si estás leyendo esto, significa que me he ido. Sé que estás sufriendo. Y lo siento. Me gustaría poder quitar ese sufrimiento de alguna manera. Pero en cambio, no lo hago. El dolor tiene un propósito. Nos hace más fuertes. Más compasivos. Nos hace capaz de amar más profundamente de lo que creíamos posible. Si lo dejamos, nos hace mejores personas. Esa es mi esperanza para ti...
***
UN PAR DE HORAS ANTES
Mayo ¿?
Querido diario:
No estoy segura de qué día es o cuánto tiempo he estado en el hospital. Esa es la cosa, nunca tenemos suficiente tiempo.
No hay nada como tener diecisiete años y estar muriendo. Soy tan joven. No puedo dejar de pensar en la posibilidad de que no voy a graduarme del instituto. De ir a la universidad. De casarme y tener hijos. De intentar hornear otro pastel de calabaza con mi madre para Acción de Gracias. O tener que jugar al golf con mi padre en el Hilton Head Island, de lo que siempre habíamos hablado.
No se si voy a viajar a Grecia. O escalar la cima del Monte Everest. O voy a ver un volcán en erupción. O voy a conseguir nadar con los delfines. No se si iré a Disney con Valentina. Pero me hace feliz pensar en Brandon y su madre disfrutando de ese viaje por mí. Puede que lo vea todo desde el cielo.
Y eso es lo que lo hace estar bien. De todas las cosas que nunca voy a ser capaz de experimentar, voy a conseguir mucho más. Supongo que así es como funciona la vida.
De esa forma, voy a llegar a ver a Valentina graduarse. Voy a verla enamorarse y casarse. Voy a estar allí para el quincuagésimo aniversario de bodas de mis padres. Voy a llegar a ver a los delfines diariamente; incluso lo que están haciendo debajo de las olas azules. Desde el cielo, voy a experimentar todo y más, y no estar enferma para nada de eso. ¿Qué más puedo pedir?
Pero saber que mi familia y Valentina me van a extrañar... esa es la parte que no estoy segura de que pueda manejar. Especialmente con Valentina. Ya ha perdido mucho, y no me gusta que me esté añadiendo a eso. Odio lo que le estoy haciendo. Tal vez habría sido mejor no conocerme.
Sigo recordando nuestra primera conversación. "¿Y si?". Y la única conclusión que puedo llegar es a: "¿Y si nunca me hubiera enfermado?"
Si el cáncer nunca hubiera invadido mi cuerpo, estaría jugando al golf en este momento. Tal vez en la LPGA, como siempre había soñado. Me graduaría. Iría de compras con mamá. Consideraría universidades. Bailaría en los clubes. Me lavaría el cabello innumerables veces. Estaría pasando el rato en la casa de algún amigo. Iría al cine. Estaría en citas con chicos. Planificaría un viaje de carretera con mis mejores amigos este verano.
Todo suena tan bien, sin embargo...
Si estuviera sana, no habría sido tan cercana a mis padres. No conocería a Valentina. Nunca la hubiera amado y conocido la alegría de que me ame. Nunca hubiera ido al baile con ella. Nunca vería a mi padre tratarla como a una hija mas. Nunca visitaría las tumbas de su madre y hermano. Nunca hubiera estado cubierta de flores. O tener una serenata en Navidad.