1 de Noviembre
Querido diario:
Valentina, la hija del Dr. Carvajal, es voluntaria en el hospital. Aparentemente, se perdió y terminó en la sala de quimioterapia conmigo. No me importó. En. Absoluto. Su cabello rubio estaba despeinado, pero se veía sexy. De alguna manera. Incluso en su ancho traje azul.
Permaneció en la sala de quimioterapia el tiempo suficiente para preguntar mi nombre y donde estaba el depósito. Sus ojos se movían al gotero que colgaba de la IV a mi lado. No sé, a lo mejor ya que es hija de un oncólogo, me esperaba más. Parecía incómoda, como si no quisiera estar allí. Supongo que no puedo culparla por eso.
Me pregunto cuántas veces está allí. Si voy a llegar a verla de nuevo. Sí, lo sé, es una estupidez, pero parece que no puedo evitarlo.
¿Es demasiado esperar que tal vez, sólo tal vez, pudiera mirar más allá del cáncer y verme?
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El jueves, casi no iba al hospital. Esa fue la primera vez. Mientras caminaba por el pasillo hacia la temida sala de quimioterapia, miraba a mi alrededor, con la esperanza de captar algún destello de cabello rubio. No vi nada. No hubo señales de un traje azul, tampoco. Noté que mi humor decayó, y entré en la sala de quimioterapia, lista para ser conectada como una manguera.
Leslie me sonrió.
—¿Cómo estás hoy, Juliana?
—Eh —le contesté mientras me sentaba en la silla azul—. ¿Sola otra vez?
Leslie asintió.
—Por ahora.
—Eso es bueno, ¿no? —pregunté mientras Leslie conectaba la vía a mi pecho.
—Sí. Es bueno. Hay muchos niños en remisión.
Debatí en preguntarle a Leslie sobre Valentina. ¿Sabría algo? No quería parecer como si estuviera abiertamente interesada, pero Leslie había estado allí para mí durante años. Estuvo en la época que le dije a mis padres que me gustaban las chicas y me apoyó. Sostuvo muchas veces mi cabello hacia atrás mientras vomitaba, supongo que tenía que importar algo, ¿cierto?
—¿Sabes algo sobre la hija del Dr. Carvajal, Valentina? —pregunté, sin mirarla a los ojos, ni viendo como enganchaba las vías.
—No te quieres involucrar con Valentina.
—¿Por qué no? ¿Qué está mal con ella?
Leslie se sentó en el sillón vacío a mi lado.
—Valentina está aquí para que su padre pueda mantener un ojo sobre ella. La esposa del Dr. Carvajal y sus hijos, Guillermo y Eva, murieron en un accidente automovilístico hace dos años. Valentina ha estado desmoronándose desde entonces.