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Pueden parecer como puré de papas, pero te garantizo, que no lo son. Creo que vienen de una caja y están mezcladas como una especie de puré de nabo y arena blanca. ¿Puedo sugerir algo horneado en vez de eso?

Valentina escogió unas papas horneadas y las puso en mi bandeja. Agarro una cucharada de mantequilla en un vaso de plástico.

—La mantequilla de hecho es real –me guiñó el ojo.

Me reí. En la parte trasera de mi mente, las palabras de Leslie se repetían una y otra vez. Vi la forma en que te mira. Nunca antes ha interactuado con un paciente. Si se enamora de ti y te mueres, eso va a matarla.

Solo quería disfrutar de la cena. Está bien, quizás disfrutar no era la palabra exacta. Tolerar la cena. Disfrutar a Valentina. ¿Pero cómo podía disfrutar estar con ella, mirar a sus ojos azules como el mar y no pensar que la podría matar?

No. Me encogí por dentro. Leslie estaba obviamente exagerando. Sin embargo... ¿Tendría a otra persona más decepcionada si no podía luchar lo suficientemente duro?

Un paso a la vez. Solo concéntrate en mantener esta comida en el estómago enfrente de ella.

—¿Elotes o brócoli? —preguntó Valentina.

—Mmm... —Pasé mis ojos entre los dos—. Escojo los elotes. ¿Son seguros?

Valentina se rio.

—Bueno, nada es seguro. —Recogió rápidamente un elote para mi plato y botó otro en la suya. Como con la comida de la cafetería de la escuela, no había final con las bromas de la horrible comida de hospital.

Encontramos una mesa vacía y nos sentamos.

—Aún pienso que estas arriesgando tu vida con ese pastel de carne — dijo.

—Bueno, no estaba segura si eso era pollo. —Asentí a las tiras de pollo en el plato de Valentina.

—¡Es comida de hospital! —Se veía ofendida.

—De cualquier forma, creo que estamos condenadas. —Me reí.

—Salud. —Valentina alzó su vaso de Mountain Dew.

Nuestros vasos tintinearon mientras los golpeábamos, después ambas tomamos un sorbo.

—Entonces, cuéntame de tu vida antes del cáncer —dijo Valentina, dando una mordida a su raro puré de papas.

Inclino mi cabeza y miro su cucharada.

Se rio.

—Soy inmune, además me gusta la arena.

—Bueno, durante las remisiones, mi papá y yo íbamos al club de campo y al golf mucho. Creo que no me molestaría unirme a la LPGA. Mi papá dice que soy muy buena —dije, inclinando mi cabeza—. En serio quiero entrar en el equipo de golf universitario en la escuela esta primavera.

Con amor, JulianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora