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10 de Diciembre

Querido diario:

El Dr. Carvajal vino y me dio el alta para ir a casa hoy.

¡Estoy tan lista para salir de este lugar! Extrañaré a Valentina durmiendo a mi lado cada noche, sin embargo, las dos últimas noches no se suponía que estuviera aquí, pero después de rogarle a Sammy, ella cedió. Supongo que salir con la hija del médico tiene sus beneficios.

Mi mamá está recogiendo mis cosas, y papá está firmando el papeleo. Los brazos de Valentina están llenos de flores, globos y animales de peluche, de todos modos, la mayoría venían de ella. Lucía adorable. No creo que dejara de sonreír desde que se despertó esta mañana.

Ya que no tengo permitido volver a la escuela y Valentina aún esta expulsada, espero poder pasar más tiempo con ella.

Desafortunadamente, sin embargo, estoy con arresto domiciliario por una semana. Sin mencionar a Valentina en el hospital todo el día. Papá no dejaría que se quedara mientras esté sola, de todos modos, supongo. ¿Qué se supone que haga con mi tiempo?

—Pensaremos en algo —susurró Valentina.

—¡Oye! —Cerré mi diario y la miré. No la había visto leyendo sobre mi hombro.

El brillo travieso en sus ojos la hizo lucir incluso más linda.

—¿Así que crees que soy adorable, huh?

Le di un codazo en el brazo, calor calentando mis mejillas.

Ella se rio.

—¡Nadie lee mi diario!

Las cejas de Valentina subieron.

—¿Nadie?

—Nadie —dije, incapaz de evitar sonreír.

Escaneó la habitación, probablemente por miradas indiscretas. Luego, se inclinó y me besó.

—Tienes su aprobación, tú sabes. —Acomodé mi cabeza en su hombro. Su sonrisa cayó.

—Ellos en realidad no me conocen —suspiró y me miró—. Ni tampoco tú.

Dejé caer mi mirada rápidamente.

—¿Por qué yo, Valentina? Estoy enferma.

Chupó su labio entre los dientes y comenzó a masticarlo.

—Tú no esperas que sea alguien que no soy.

Algo me dijo que no era todo, pero era suficiente. Por ahora.

Giré su rostro hacia mí. Sin importarme quien viera, la arrastré más cerca y cubrí sus labios con los míos. Cuando comenzó a alejarse, solté un: —Mmm-hmm. —Y la traje más cerca, besándola más fuerte. Finalmente se relajó y devolvió el beso.

Con amor, JulianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora