*Tam y Toni en multimedia*
Álex
Mis dedos temblorosos sueltan el periódico de noticias locales antes de escuchar el sollozo de Abel. La imagen de Victoria Medina cubierta con una manta térmica de la policía, y con la mirada perdida, es la portada de hoy.
Me acerco a mi novio y le abrazo en silencio. Noto su pulso acelerado y como su cálido aliento se convierte en respiraciones agitadas por la aflicción que debe estar sintiendo.
—Lo siento mucho—murmuro sin soltarle.
Estoy seguro de que para este momento, la noticia del asesinato del hermano de Tristán, ya está en boca de todo el pueblo. Aunque ese chico no fue el único que falleció anoche. Sé que el guardaespaldas de Victoria, al que me consta, que ella llegó a tener apreció, también perdió la vida.
La policía llama minutos después, para informarnos de que se confirma la identidad del asesino de mi padre... y que su rostro, aparece en la portada.
Me gustaría poder odiarle, y sin embargo soy consciente de que ni siquiera sabía lo que estaba haciendo.
¿Cómo puedo odiar a alguien que estaba fuera de la realidad, cuando el odio es el sentimiento más crudo y real que existe?
Creí que encontrar a su asesino, me aportaría paz, y sin embargo, solamente me ha hecho tener más dudas.
A media tarde, Abel lleva más de una hora llamando continuamente a su padre.
—¡Me da igual, Julián!—grita Abel, completamente desesperado— Tengo que verla y tú no eres nadie para impedirlo. Tal vez está en tu casa, pero yo soy su hermano y no me importa tener que echar la puerta abajo.
Decido darle un poco de intimidad, y cierro la puerta del comedor. Me siento en el sofá del salón en silencio y miro por la ventana del apartamento. Hoy es un día sombrío, y no de forma metafórica. Es como si el cielo estuviera de luto por la desgracia que vivió el pueblo anoche.
Sé que Victoria no ha querido ver a nadie, y no puedo culparla. Se ha refugiado en su casa, con los Medina. En parte la entiendo, después de una situación tan traumática, el primer instinto de Victoria, ha sido ir a casa.
Tal vez Julián Medina no ha sido el mejor padre, pero tampoco lo fue el mío y eso jamás me impidió recurrir a él en los momentos más difíciles.
Cuando el dolor es tan abrumador que nos embarga, nuestro niño interior puede tener la necesidad instintiva de refugiarnos con los que nos criaron y nos protegieron de pequeños.
No sé en qué momento crecimos, pero ahora somos adultos. El mundo de los adultos es gris y cruel. Suceden cosas que un niño jamás debería presenciar, y es por eso, que a veces, desearía volver a serlo.
El timbre del apartamento suena una vez, por lo que me pongo en pie y me dirijo hacia la entrada. En el tiempo que tardo en recorrer el pasillo, escucho como la persona que espera se impacienta y empieza a llamar de forma repetida y descontrolada.
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Dulce Mentira (+18) [Borrador] ©
RomanceKade aparece en la vida de Victoria dispuesto a derrumbar el mundo de mentiras en el que se encuentra atrapada. Pero a su alrededor, todos ocultan algo. Secretos terribles y oscuros que protegerán a toda costa. Al caer la primera mentira, todas las...