Victoria estaba preocupada cuando llamó a la puerta del apartamento de Kade. A pesar de haber hablado por teléfono hacía un par de días, sabía que le sucedía algo.
Le había escrito un par de mensajes el día anterior, pero él no los había leído. Esa mañana le llamó, pero él tampoco atendió al teléfono.
Finalmente, un par de horas atrás, le mandó un mensaje diciendo que le había surgido algo y que por ello, no había podido estar disponible pero que le gustaría que el plan de esa noche, siguiera en pie.
Ella accedió a venir. Y allí estaba. A las ocho en punto. Kade le había dicho que llegaría sobre las ocho y media, pero que podía venir antes porque Tamara estaría en casa ese día.
Pasaron segundos, minutos... y nadie abría la puerta. Así que volvió a llamar de nuevo. Esta vez, escuchó lo que parecía un sollozo ahogado dentro del apartamento y poco después se abrió la puerta.
Una muy abatida Tamara se encontraba frente a ella. Llevaba un chándal viejo, el cabello despeinado y medio recogido en una coleta. Su rostro estaba completamente libre de maquillaje y tenía los labios enrojecidos e hinchados, sus ojos estaban brillosos, aunque había hecho un gran esfuerzo limpiando las lágrimas antes de abrir.
—Tam—suspiró Victoria, conmocionada por verla en ese estado.
—No... No sabía que vendrías hoy—murmuró esforzándose mucho por contener el llanto.
—Kade me dijo que estarías aquí y que le esperara en el apartamento—explicó sin poder dejar de mirarla.
Tamara asintió, y se hizo a un lado para dejarla pasar.
Tam era una chica atractiva, y con un cuerpo de infarto. Lo había notado desde el primer día en el que la conoció. Su cabello castaño y largo, solía estar ondulado y bien cuidado. Siempre iba con un maquillaje impactante, ojos delineados y labios oscuros. Uno de sus brazos, estaba lleno de tatuajes y no tenía miedo de llevar prendar reveladoras o escotadas.
En definitiva, Tamara transmitía seguridad, pero en ese momento, parecía muy vulnerable.
—¿Es un mal momento?—se atrevió a preguntar Victoria—Puedo irme, si quieres.
—Oh, no. No, no importa—aseguró la chica limpiando una lágrima incontrolable que cayó por su mejilla.
—Sé... que no soy la persona en la que quisieras apoyarte ahora mismo. Apenas nos conocemos, pero si necesitas hablar, aquí estoy—habló Victoria—. Cuando mi padre estuvo en el hospital, tú me hiciste sentir bien aunque no quería hablar con nadie. Me gustaría hacer lo mismo para ti, si me dejas.
Tamara levantó la mirada, viendo como finalmente, Victoria se abría paso hacia el interior del apartamento. Observó cómo la rubia colgó su bolso en la entrada y dejó también su chaqueta. Finalmente, cerró la puerta detrás de sí.
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Dulce Mentira (+18) [Borrador] ©
RomanceKade aparece en la vida de Victoria dispuesto a derrumbar el mundo de mentiras en el que se encuentra atrapada. Pero a su alrededor, todos ocultan algo. Secretos terribles y oscuros que protegerán a toda costa. Al caer la primera mentira, todas las...