Dulce Mentira (+18) [Borrador] ©

{32} LA MUERTE DEL ARTE

Una fiesta de cumpleaños sorpresa.

Estaba casi convencida de que Kade odiaría la idea, pero no pudo romper la ilusión de Toni para organizar el evento. Incluso se había puesto en contacto con su familia, para que vinieran a la celebración.

—Será algo informal. Solo una barbacoa en casa de sus padres. Iremos los más cercanos—explicó Toni.

Estaban los tres sentados en el sofá. Al parecer, él y Tamara habían logrado reconciliarse la noche anterior.

—Ya te lo dije, Toni... no sé si él me querrá allí—admitió Victoria, con preocupación—. Nunca me habla de su familia, lo hace con cuentagotas y... no quiero entrometerme.

—Vamos, ese chico está loco por ti. Solo le falta que le demos un empujoncito—intervino Tamara—. Vamos, lo pasaremos bien. Ya conoces a Óscar, luego conocerás a Franco y a Dani, que son un par de locos y Lola y Roberto, que son de lo más simpáticos.

—No son sus amigos los que me preocupan.

—¿Te preocupa su familia?—Victoria bajó la mirada avergonzada—Pero si ya conoces a su madre. Además, mira la parte positiva, no les caerás peor de lo que le cae él a tu padre.

—Oh, cállate—gruñó la rubia, lanzándole un cojín a la cara.

—Toni, por Dios. No la agobies más aún—le regañó Tamara, luego, ella se movió para colocarse a su lado—. Mira, su padre es muy buena persona, seguro que le agradas. Luego está su hermana Julieta, que es la alegría de cualquier fiesta, tampoco tendrás problema con ella. Marcos... no creo ni que se presente, y si va, ni siquiera se dará cuenta de que existes. Y finalmente, Flor. Es una pequeña princesa y si llevas algo rosa contigo, ya la tienes ganada.

—No hubiera podido decirlo mejor—comentó Toni—.  Él cree que sus padres le han invitado a cenar, así que no sospecha nada.

Faltaba una semana entera para aquello, supuso que le daría tiempo para pensarlo.

—Está bien, lo pensaré—accedió Victoria.

—¡Bien!—celebró Toni.

—Me voy a clase—suspiró la rubia, tomando su bolso y caminando hacia la puerta para recoger su abrigo.

—Hasta mañana, rubita—le dijo el chico—. Le daremos los buenos días empalagosos a Kade por ti.

—Le he dejado una nota.

—Oh, que dulce—se burló Toni, obteniendo un corte de mangas de respuesta.

Se fue del apartamento aún pensativa. Parte de ella, era consciente de que su relación con Kade había avanzado, pero al mismo tiempo, no estaba segura de que él quisiera presentarle a su familia. Sabía que no era algo formal, pero si ya no le entusiasmaba la idea de que ella conociera a su madre, ¿entonces qué opinaría de conocer al resto de su familia?