{34} HARÍA CUALQUIER COSA

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Al llegar Kade a casa, tanto Tam como Victoria soltaron un suspiro de alivio después de saber que había localizado a Toni y que estaba bien

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Al llegar Kade a casa, tanto Tam como Victoria soltaron un suspiro de alivio después de saber que había localizado a Toni y que estaba bien.

Tamara quiso regresar a casa con sus padres, por lo que Kade se ofreció a llevarla.

Victoria quiso ayudarla, pero sabía que en ese momento debía rodearse de su familia y no podía ser egoísta tratando de cuidar de ella.

Por lo que allí estaba ella, sola en casa de Kade, esperando a que él regresara.

Aprovechó para darse una ducha, y al salir, tomó prestada una camiseta de Kade para cubrirse.

Él le había pedido que se quedara esa noche, por lo que se sintió en la obligación de llamar a su hermano.

¿Victoria? Son las doce y media de la noche, ¿dónde diablos estás?—cuestionó su hermano, respondiendo al segundo tono de la llamada.

—Estoy en casa de, uhm... de Kade—admitió Victoria—. No volveré a casa hoy.

¿Me estás informando de que te quedas a dormir con el chico con el que sales para hacer Dios sabe qué y...?

—...Y que no voy a estar en casa, por lo que tú también puedes aprovechar para hacer Dios sabe qué dónde te dé la gana...—puntualizó ella.

Pásalo bien.

Su respuesta le hizo soltar una carcajada.

—Y tú—se burló.

¿Tienes las llaves de casa?—quiso saber Abel antes de colgar.

—Sí, ¿no vas a estar mañana?

—No creo. Nos reunimos con la junta de la empresa de Álex. Debe tomar el mando del negocio de su padre y va a proponerme como Director Ejecutivo mientras que él termina sus estudios.

—Vaya... ¡Eso es genial!

—Esperemos que acepten.

—Me alegro mucho por ti—aseguró Victoria—. Aunque no te perdono por no haberme dicho nada.

—Has pasado unos días bastante malos, no quería añadir más información a tu cabecita porque iba a estallar.

—¿Me enviarás una carita sonriente al salir de la reunión?

—Cuenta con ello. Hasta mañana.

—Adiós—respondió antes de colgar.

Sabía que Kade iba a tardar, porque la casa de Tamara, estaba bastante lejos de allí, por lo que se sentó en el sofá y encendió el televisor. Dejó puesto un programa de dos hermanos que hacían remodelaciones a las casas de sus clientes y luego las vendían por más dinero.

No tardó en quedarse dormida.

Escuchó el sonido lejano de la puerta principal, pero no lograba abrir los ojos. Estaba agotada. Sin moverse, se permitió estar atenta a los pasos que se acercaban a ella.

Dulce Mentira (+18) [Borrador] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora