—¿Dónde está? ¿Dónde está ella?—preguntó el chico con los ojos enrojecidos.
Parecía fuera de sí cuando encontró a Álex y le agarró con fuera de la camisa para que él hablara de una vez.
—En la sala de espera. Con su familia—explicó el chico—. No creo que quieran verte allí.
—Me necesita.
—No. Necesita calma y que su padre se recupere. Estáis enfadados, lo que menos necesita es que la alteres ahora.
Tristán se pasó la mano por el pelo.
—Escúchame tú. Victoria ha estado en cada uno de los ingresos hospitalarios de mi hermano. Cuando entró en el centro psiquiátrico sostenía mi mano, lloré con ella mil veces. Si crees que puedes impedirme entrar allí, eres un iluso. Si alguien va a hacerme salir, es ella.
Victoria era su mejor amiga. Tal vez él se equivocó al dejarlos la noche de la fiesta del lago, pero no le fallaría de nuevo. Al enterarse del accidente de Julián Medina, vino corriendo al hospital. Debía apoyarla. A pesar de todo.
Álex se hizo a un lado. Caminó hacia la sala de espera. Abel y su prometida se encontraban sentados en los asientos junto a la máquina de café. Elena caminaba de un lado para otro cruzando la habitación sin detenerse.
Elena le odiaba. Nunca había soportado a Tristán, sus tatuajes y su apariencia de chico de la calle. Pero en ese momento no le importó.
Victoria estaba en el suelo. Con un precioso vestido rojo. Su espalda apoyada en la pared y sus brazos rodeando sus piernas flexionadas. Hecha un ovillo en el suelo, levantó la cabeza para ver de quién eran los pasos que escuchó.
—Tris...—murmuró en un sollozo ahogado.
Él caminó y se agachó frente a ella. Aunque sabía que Elena le había visto ya, agradeció que no dijera nada.
—Hola, rubia—la saludó mirando a esos bonitos ojos llenos de lágrimas.
—Él me odia, Tris—su voz salió en un tono casi inaudible, como si su corazón se rompiera.
—¿Quién podría odiarte?
—Mi padre... él me odia. Y ahora tal vez nunca pueda decirle que lo siento.
No sabía qué era lo que Julián Medina había utilizado para manipularla o para hacerla sentir mal esa vez, no tenía ni idea de cual de sus trucos había empleado, pero lo que sí sabía, era que Victoria jamás habría hecho nada para herir a otra persona.
—No sé lo que crees que has hecho, pero estoy segura de que tu padre no te odia.
Tendió su mano hacia ella y se estremeció cuando sus dedos congelados se posaron en esta.
—Levántate, rubia. Tienes que comer algo para reponer fuerzas.
—No, yo...
—La cafetería está solo a unos pasos, no tardaremos—prometió su amigo viendo su inseguridad.
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Dulce Mentira (+18) [Borrador] ©
RomanceKade aparece en la vida de Victoria dispuesto a derrumbar el mundo de mentiras en el que se encuentra atrapada. Pero a su alrededor, todos ocultan algo. Secretos terribles y oscuros que protegerán a toda costa. Al caer la primera mentira, todas las...