{14} ENTENDIDO, SIN JUEGOS

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—¿Por qué estoy aquí?

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—¿Por qué estoy aquí?

Kade D'Ángelo estaba sentado en la sala de interrogatorios de la comisaría. Frente a él, una mujer que se había presentado como agente Esperanza. Parecía bastante joven y tenía aspecto de ser una buena chica, pero de todos modos, se mantenía algo apartada de él. Casi rio al darse cuenta de que le tenía miedo.

Su cuerpo musculoso, su altura y su color de piel, resultaba intimidante a algunas personas. Trató de no tomarlo como algo personal, pero resopló mientras se recostaba en la silla.

—Necesito que me dé sus declaraciones de lo sucedido en la noche del asalto a Victoria Medina.

La mujer tenía muchos documentos encima de la mesa, pero al estar del revés, no podía leer ninguno de ellos.

—¿Otra vez con eso? Le dije todo lo que sabía al agente que me interrogó cuando llegó la ambulancia esa noche.

—La situación ha cambiado ahora.

—¿Por qué? ¿Es que creen que fui yo?

Conocía esa situación. Un chico negro siendo el único testigo de un crimen. Se planteó si debía pedir un abogado en ese mismo momento, pero no quería empeorar la situación ni preocupar a su familia.

—Eso no es lo que he dicho, señor D'Ángelo.

—Mire, no sé por qué quiere volver a preguntarme por esto, pero yo ya hablé con la policía. Llegué a las doce menos diez, me esperé a que los invitados empezaran a marcharse y entré por la puerta trasera, recuperé mi billetera, la señora Medina me vio y me echó. Cuando salí, encontré a Victoria en el suelo en al lado de la reja de la puerta trasera y unos tipos corriendo. Decidí ayudar a la chica en vez de perseguirles a ellos y fin. Eso es todo.

Repitió la versión que había dado la última vez, aunque algo más resumida.

—La fiesta era en el jardín trasero de los Medina, según tengo entendido.

—Sí.

—Y usted pasó cuando los invitados se marcharon.

—Eso es lo que he dicho.

—¿Le vieron los demás camareros?

—Supongo. Tuvieron que verme. ¿A qué viene esa pregunta?

—Tengo que situar la escena—explicó Vanesa—. Entonces, ¿Cuándo entró no vio a nadie? ¿Ni a Victoria paseando ni a los hombres que la asaltaron?

—No. En ese momento no había nadie alrededor.

—¿Reconoce este vehículo?—preguntó Vanesa mostrándole una foto de un coche en mitad de la noche que parecía captado por una cámara de seguridad del barrio.

—No. Lo siento.

—Es el mismo coche que atropelló a Julián Medina hace menos de una semana. Ya no tratamos con un caso aislado, esto es algo personal. Necesitamos saber cada detalle. Aunque le parezca estúpido, puede llegar a ser importante. ¿Lo entiende?

Dulce Mentira (+18) [Borrador] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora