Tenía quince años cuando hizo el amor por primera vez. Hacer el amor. Bueno, así lo había llamado en ese momento. Tanto ella como Tristán eran apenas unos críos que no sabían ni lo que se hacían.
Pero se amaban. O eso pensaban. Porque en realidad, no se conocían. No conocían sus verdaderos colores. Tristán hacía todo lo posible para hacerle creer que era el chico perfecto que soñaba y Victoria fingía igual de bien que se lo creía.
La primera vez que tuvieron sexo, en la parte trasera de un viejo coche en el garaje de casa de Tris, no fue dulce ni paciente. Fue diferente de lo que imaginó. Recordó cómo al terminar, él la llevó a casa. Porque no querían afrontar ese momento incómodo que tendría lugar después del sexo. Estuvieron un año teniendo sexo intermitente, cada una de esas veces, Tristán actuaba como si nada hubiera pasado al día siguiente.
A los dieciséis decidieron tener una relación pero dos años después, rompieron definitivamente. Después de que él demostrara su incapacidad para mantener su miembro dentro de sus pantalones cuando había alguien del sexo opuesto involucrado.
Conoció a un chico en un bar, Daniel. Y esa fue la segunda persona con la que tuvo relaciones sexuales, fue por despecho. Para olvidarse de Tris. Pero Daniel la echó a la mañana siguiente como si ella no valiera nada.
Después de Daniel, hubo un tercero. Mario. Él sí parecía interesado y creyó de verdad que podrían llegar a algo. Se ilusionó y por fin, sintió que volvía a enamorarse... pero el sueño terminó cuando desapareció la ropa.
Así que, cuando Kade salió de la habitación, creyó no ser capaz de soportar una cuarta humillación. De volver a ver como un chico la apartaba. La llevaba a casa. O la echaba. O la ignoraba. O pretendía que nada había pasado aún cuando sí había sucedido.
Se fue al hotel y apagó el móvil. No quería saber nada de nadie. Se arrepentía de haberse marchado en ese ataque de pánico. Pero fue una reacción casi irracional.
Al día siguiente fue a la universidad después de faltar toda la semana anterior. Solamente tomó algunos apuntes que necesitaba y regresó a casa para ponerse al día.
Pero cuando aparcó el coche en el hotel, Kade estaba en apoyado en su camioneta en ese mismo aparcamiento.
Le dio un vuelco al corazón. Sabía que había intentado contactar con ella. Tenía llamadas perdidas y algunos mensajes que no había tenido el valor de leer. Pero en ese momento, no sabía como controlar la vergüenza que sentía.
Caminó hacia él sin hacer contacto visual y se detuvo.
—Desapareciste, otra vez—dijo el chico apoyado en su camioneta.
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Dulce Mentira (+18) [Borrador] ©
RomanceKade aparece en la vida de Victoria dispuesto a derrumbar el mundo de mentiras en el que se encuentra atrapada. Pero a su alrededor, todos ocultan algo. Secretos terribles y oscuros que protegerán a toda costa. Al caer la primera mentira, todas las...