{24} PEQUEÑA REBELDE

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—A mi me gusta—repitió Toni de brazos cruzados y con el rostro típico de un niño enfurruñado

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—A mi me gusta—repitió Toni de brazos cruzados y con el rostro típico de un niño enfurruñado.

—No vamos a ver Tarzán de nuevo. Debemos causar una buena impresión y pretender ser personas normales para que Victora no se asuste.

Kade puso los ojos en blanco ante el comentario de Tamara y regresó a la cocina dispuesto a observar el sobre de palomitas hincharse en el microondas. Miró la hora y suspiró, Victoria llegaba algo tarde. Una pequeña parte de él dudó. ¿Y si se había arrepentido de esa noche de películas improvisada?

Tamara le pidió el número de Victoria porque quería conocerla ahora que se veía con Kade, pero terminó invitándola a una especie de noche de películas para los cuatro.

Ella había accedido, aunque Kade le repitió que no tenía por qué hacerlo si no le apetecía, pero Victoria le aseguró que prefería estar en todos lados menos en su casa, ya que las cosas estaban algo tensas por allí.

Así que ahí estaba, esperándola. Parecía que los momentos que podía pasar con ella se medían en cuentagotas, siempre pasaba algo, algo que acortaba el tiempo que tenían. Una emergencia, miedo, dudas... y por algún motivo deseaba poder quedarse con ella el tiempo que quisiera, sin prisa ni toque de queda.

El timbre sonó, provocando que involuntariamente, sus nervios fueran en aumento. Se dirigió hacia la puerta y la abrió. Lo primero que vio, fueron sus piernas largas y desnudas, llevaba un vestido que le llegaba por la mitad del muslo, ni siquiera era muy revelador, pero a Kade se le secó la boca de golpe. Fue recorriendo su cuerpo hasta llegar a su rostro, dónde encontró a una Victoria con las mejillas sonrojadas.

—Hola—dijo con fingida tranquilidad.

Él no respondió, pero la atrajo hacia ella y besó sus labios con fervor. Hacía unos días que no la veía y había echado de menos a esa chica. Por como le respondió al beso, entendió que ella también sentía lo mismo. No se habían movido del marco de la puerta cuando Kade posó sus manos en sus caderas para atraerla contra su cuerpo. Necesitaba sentir su cuerpo, su calidez... a toda ella.

Alguien se aclaró la garganta tras ellos.

—Hola, jovencita, me gustaría saber cuáles son tus intenciones con mi muchacho—dijo Toni con mucha seriedad—. Esta es una casa de Dios y si no vas a respetar...

El sonido de un golpe resonó por la sala.

»¡Au! ¿Me has dado una colleja?

—Te la merecías—murmuró Tam empezando a reír—. Hola, Vicky.

Se acercó a Victoria y la abrazó como si fueran amigas de toda la vida, y lo cierto es que a ella no le molestó.

—¿Vicky?—cuestionó Kade con las cejas alzadas.

—¡Sí! Es adorable, además, Victoria es un nombre de tres sílabas, demasiado largo—explicó Tamara.

Dulce Mentira (+18) [Borrador] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora