Capítulo 10

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Fui realmente confiado al instituto porque presiento que hoy será mi día de buena suerte.

Después de que recupere mi bendito teléfono voy a hacer lo posible para no volver a cruzarme con Jung Jaehyun. Bien, estaba bueno, riquísimo en realidad, pero todos sabemos que jamás se fijaría en mí, osea en Dojung. Aunque honestamente no quiero que lo haga.

¿Por qué? Por el simple hecho de que ya le he dicho cosas para nada inocentes y ha visto mi rostro, eso significaría que si ando con el cómo Doyoung seguro me odiaría. No lo sé, pero que él descubra que me disfracé de mi hermana es algo vergonzoso.

¿Y si resulta más malo de lo que aparenta?

Y no, no voy a arriesgarme. Ya tuve suficiente con Taeil.

—No sé tú, pero eso de fingir ser tu hermana es una humillación.

—Lo sé, Taeil, pero no puedo hacer nada... -solté un resoplido. Era increíble como ayer andábamos todo peleados y hoy como si nada.

—Trágico.

—Exacto.

Reímos juntos. Caminábamos por el amplio patio del instituto, no había casi nadie así que podíamos hablar en paz. Por lo menos me sentía algo acompañado y quizás resulte ser un buen compañero.

—Me caes mejor que tu hermana. Ella es un poco...

—¿Aburrida? –cuestioné y asintió murmurando un sin ofender-. Aburrida es poco para ella. Hasta yo quedé loco al ver su rutina diaria.

—Pero hay algo que me molesta y no he podido descubrirlo.

—¿Qué cosa?

Estaba a punto de hablar cuando Jaemin apareció en nuestro camino y sonreí. Ese niño me da cierta ternura.

—¡Hola Jaemin! –saludé.

—¿Él también sabe? –susurró cerca de mí y lo miré incrédulo.

—Que Dios no quiera o me mato.

Se río entre dientes y nos acercamos a Jaemin que parpadeaba confundido.

—¿Ya se hablan?

—Obvio –moví las manos como solía hacerlo siempre al darme cuenta las escondí detrás de mi espalda-. ¿Tú qué haces? ¿Ya acabaste de espiar al profesor Kun?

Sus mejillas tornaron un color rojo fuerte y solté una carcajada seguido de Taeil.

—Por la forma en que te sonrojas deduzco que es cierto.

—No, no, no, claro que no... -se excusó, trabándose con su propia saliva.

—¿Es en serio? ¿te gusta el profesor Qian?

—Dímelo a mí que lo vi babeando por él.

Bajó la mirada y palmeé su espalda con cariño.

—No le diremos a nadie. De hecho, puedo ayudarte a conquistarlo. Ya sabes –le guiñé el ojo y me miró entre confundido y curiosos-, puedo hacerte un arreglo y lo conquistarás.

—Pero...

—¿Qué dices, Dodo? –se entrometió Taeil y sonreí al ver que me llamaba así. Me hacía sentir más hombro al no poner el Jung-. Los sentimientos son los que importan, no la apariencia.

Chasqueé la lengua.

—Bueno, bueno, vale, ¿acaso tienes un mejor plan, eh? –llevé mis manos a la cadera.

◤𝐌𝐄𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎 𝐄𝐍 𝐏𝐑𝐎𝐁𝐋𝐄𝐌𝐀𝐒◥ ❝𝐉𝐚𝐞𝐝𝐨❞ (en arreglos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora