Capítulo 9

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—¿Cómo que quien soy? Soy Dojung, idiota.

Alguien que venga y me salve de este estúpido que se dio cuenta de mi secreto ultra secreto.

¿Qué se supone que debería hacer? Su mirada me intimida.

Miré a otro lado y después volví hacía él que me miraba con desconfianza. Nos quedamos en silencio que me dio miedo respirar a ver si también tenía buen oído y se diera cuenta que no respiraba como Dojung. Diablos ya no sé qué estoy pensando.

Solo quiero irme a casa y jamás volver a hacer esto.

—Sí, claro, y yo nací ayer –se cruzó de brazos mientras me daba una mirada desafiante-. Te he observado, mucho, a decir verdad.

Eso sí que da miedo.

—¿eres un acosador? –fingí sorpresa- debería acusarte con el profesor.

—Tú y yo sabemos que no es así. No sé quién seas, pero Dojung no eres.

Apreté los puños y me las arreglé para sonreír.

—Loco.

—No estoy loco. ¿Sabes qué? Mejor veamos si dices la verdad –se acercó y yo retrocedí un paso.

—¿Qué... mierda haces?

Si me descubre me mato. No, lo mató a él y después me mato yo.

—¡Oye, suéltame! –grité cuando me agarró por la cintura e intentó desabotonar mi camisa. Ahora si me mato, lo sabrás. Verá que Dojung es más plana que un hombre y... Oh por dios, no debe ser así.

—¡Si es cierto que eres ella no intentes ocultarlo!

Me alarmé cuando escuchaba pasos. Que bien.

—¡Míralo, nos salió pervertido! –exclamé mientras intentaba soltarme y de pronto una señal seriamente maligna de Ten llegó a mi mente. La patada que me enseñó por si acaso.

En estos momentos agradezco que Ten haya aparecido en mi vida.

Con toda mi fuerza pisé su pie haciendo que suelte un gemido de dolor, me giré y le di una patada en su entrepierna para después salir corriendo como alma que lleva el diablo, o mejor dicho, como alma que lleva Ten.

—¡Pervertido de mierda! –grité mientras corría, miré atrás y estaba retorciéndose de dolor. Sonreí con malicia y cuando miré al frente choqué con un pecho sumamente duro, parecía una maldita piedra. No me molesté en mirar quién era y lo empujé.

—¡Muévete de mi camino, pedazo de mierda! –dije, volviendo a correr mientras volvía a poner los botones que había abierto.

—¡Te alcanzaré! –escuché a Taeil detrás de mí y me apresuré.

«Vamos piernas, hay que llegar lejos»

A pasos largos corrí hasta perderle, pero el maldito también era rápido. Así que cuando divisé a una profesora no se me ocurrió de otra que usar mis técnicas de actuación.

Llegué a su lado y de inmediato solté lágrimas.

—Profesora, ayúdeme por favor –supliqué y me miró alarmada-. Hay... Un chico que me está acosando y no... No deja de perseguirme. Incluso intentó...

Me miró con el ceño fruncido.

—¿Quién es? ¿Qué fue lo que intento?

—Intentó... Quitarme la camisa –cuando escuché la voz de Taeil me escondí detrás de ella-. Es él.

◤𝐌𝐄𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎 𝐄𝐍 𝐏𝐑𝐎𝐁𝐋𝐄𝐌𝐀𝐒◥ ❝𝐉𝐚𝐞𝐝𝐨❞ (en arreglos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora