◤𝐌𝐄𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎 𝐄𝐍 𝐏𝐑𝐎𝐁𝐋𝐄𝐌𝐀𝐒◥ ❝𝐉𝐚𝐞𝐝𝐨❞ (en arreglos)

Capítulo 37

Mi primera reacción fue abrir la boca, de la cual no salió ninguna palabra. Después sacudí la cabeza rápidamente.

—¿Qué? ¡No! No puede ser cierto –dije con rapidez, sin darme cuenta de que mi tono salió desesperado, causó una risilla de parte de Mark.

No, no. Ella no puede estar involucrada con él... Es, es imposible.

—¿Lo ves? –se cruzó de brazos y lanzó un bufido- Sabía que no me creerías. En el fondo sigues pensando que es una buena persona y que no sería capaz de hacerte daño. Pfff, que tonto.

Surgió un rastro de tristeza e incomodidad que no pude evitar. Lo pensé una y otra vez. Es cierto que ella habría sido bastante cruel conmigo, pero ¿Dojung con Myung?

No quiero ni pensarlo.

—Mark. Te juro que si me estás mintiendo... -lo amenacé a medias, sonrió.

—Doyoung. Me preguntaste si sabía dónde estaba Christopher, te respondí. ¿Ahora piensas que te estoy mintiendo? ¿Qué clase de amigo crees que soy? –llevó su mano derecha a su pecho, luciendo claramente ofendido.

—Sí, lo sé. Pero es que... Yo... -no sabía cómo explicar lo que sentía en estos momentos. Myung fue una de las personas que más me hicieron daño en esta vida. Pensar que ella estuvo involucrada con él, hace que se me parta el corazón.

Mark se encogió de hombros y después parpadeo.

—¿No crees que ella pudo haber estado involucrada en lo que te hizo?

Su pregunta me dejó en shock.

Nunca se me había pasado por la cabeza. Ni aunque estuviera en los peores términos con ella podría haber pensado en eso. Si tanto ella dice odiarme, ¿Sería capaz de hacerlo?

La razón y mis sentimientos tenían una lucha interminable dentro de mí. Había una parte que me decía que era posible, con todo lo que ha dicho y todo su odio contenido desde hace años sería una posibilidad. Pero luego estaba esa otra parte, la parte que aún confiaba en ella y la parte que, a pesar de todos sus errores, seguiría perdonándola.

Pero, ¿Sería capaz de perdonarla si Mark tiene razón?

Reaccioné cuando Mark posó sus manos sobre mis hombros y me obligó a mirarlo. Y no tenía esa expresión burlona en su rostro, sino una de seriedad.

—Escúchame, Kim Doyoung. Tu hermana, si, esa perra vulgar a la cual amas y proteges a pesar de sus malditos trucos asquerosos. No es una santa, yo sé porque te lo digo. Siempre te lo he dicho y nunca me has creído. Okey, está bien. No quieres aprender por las buenas, Jodete en las malas. ¿A quién le importa? Pero mírame y escucha bien –masculló, me sentí levemente intimidado por su tono de voy y la mirada fría que me estaba dando-. Dojung, la perrísima mierda, te odia, ella es capaz de hacer todo con tal de que sufras. ¿No crees que esté aliada con ese tirano cara de lunático? No lo hagas. Pero quien sufrirá las consecuencias eres tú. Porque te estoy dando esta información en bandeja de plata y por más que lo niegues, no puedes cambiar el hecho de que ella pudo haber sido la responsable de todo. Y cuando digo todo sabes a lo que me refiero.

Escuché son atención y desconcierto lo que dijo. Aunque no quiera aceptarlo lo que dijo es cierto.

Puede que yo piense en su inocencia ¿Qué tal si no es así?

Estoy juzgando los hechos en base a la perspectiva de la Dojung que conocí, la Dojung incapaz de cometer todo eso. Y ese es mi más grande error.

—¿Me entiendes? Okey. Otra cosa. Eres un estúpido, lo siento, pero es cierto, no, mentira. Eres un completo estúpido y no lo siento –pausó y después de parecer pensar algo sacudió la cabeza.