Capítulo 49

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—¿Qué? –murmuró. Mirándome con los ojos abiertos en sorpresa.

—Eres mi mejor amigo, Mark. Y siempre voy a querer lo mejor para ti –solté con sinceridad-. Entiendo tu punto sobre no querer que sientas lástima. Pero aun así quiero estar ahí, apoyándote hasta el final. Sabes, solo un idiota podría soportar tus tonterías. Me alegra decir que ese idiota soy yo. Porque a pesar de todos tus defectos, me siento orgulloso de tener a un amigo como tú.

Apretó los labios.

—Y no creo que te merezcas pasar todo esto –dije bajando la voz mientras fruncía el ceño-. Eres una persona llena de vida y a pesar de todo lo que has hecho eres increíble y en parte te admiro.

Parpadeó silenciosamente sin pronunciar ninguna palabra. Vi como apretaba los puños.

—¿Sabes porque te admiro? Porque eres fuerte y nunca te rindes. Siempre has sido así desde pequeño. Eres una de las personas más valiosas en mi vida y te quiero en ella. Un jodido psicópata no me a quitar a mi mejor amigo.

—¿En... en serio... soy tu mejor amigo? –preguntó lentamente y en un tono apenas audible.

—¿Eh? Por supuesto que si –sonreí cálidamente-. ¿No lo decías siempre? Lo negaba porque me molestabas mucho, pero en el fondo te consideraba uno. ¿Por qué crees que te he soportado todo este tiempo, tontito?

Intenté aligerar el denso ambiente, pero terminé asustándome al verlo bajar la cabeza, con su flequillo cubriendo sus ojos.

—¿Makku? –hablé con lentitud acercándome a él mientras inclinaba la cabeza para verlo.

Rápidamente ocultó su rostro con sus manos.

—No me mires –dijo, con la voz temblorosa.

—Mark... -insistí al ver como cubría su rostro. Me comencé a preocupar al pensar que le podría estar doliendo algo-. Mark, ¿Estas bien?

Me incliné aún más y cuando apenas rocé su mano rápidamente la apartó.

—¡No me mires, Doyoung!

Por un momentáneo segundo quedé pasmado. Mi mano quedó en el aire y parpadeé repetidas veces por un tiempo.

Una fugaz idea pasó por mi mente haciendo que abriera la boca un tanto incrédulo.

—Mark... ¿Estas... llorando?

No respondió y mi pecho se sintió apretado. Cuidadosamente me acerqué hasta quedar muy cerca de él y levanté la mano, la posé sobre su hombro.

Las palabras se quedaron atoradas en mi garganta al oír un sollozo.

Oírlo hizo que mis ojos se humedecieran. Solo pude apretar los labios y acariciar su hombro con suavidad.

Quería hablar, pero tampoco me atrevía a decir algo porque conociendo a Mark desde hace años, se lo mucho que odia que lo vean llorar.

Siempre ha sido así. Orgulloso.

Sus manos ocultaban su rostro y podía ver algunas lágrimas bajando por su cuello y alguna que otra cayendo en la bata blanca.

Mi pecho se apretó y un nudo se formó en mi garganta. Con el dorso de mi mano limpié las lágrimas que habían bajado por la esquina de mis ojos.

En un momento de distracción Mark me jaló hacía él y me abrazo. Me sorprendí por un momento, pero después me relajé y acaricié su espalda con cariño y suavidad.

—Está bien, Makku. Estoy aquí.

En pocos segundos sentí mi camisa humedecerse. Él no dijo nada y yo tampoco.

◤𝐌𝐄𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎 𝐄𝐍 𝐏𝐑𝐎𝐁𝐋𝐄𝐌𝐀𝐒◥ ❝𝐉𝐚𝐞𝐝𝐨❞ (en arreglos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora