◤𝐌𝐄𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎 𝐄𝐍 𝐏𝐑𝐎𝐁𝐋𝐄𝐌𝐀𝐒◥ ❝𝐉𝐚𝐞𝐝𝐨❞ (en arreglos)

Capítulo 33

La sensación de decepción lleno y envolvió mi corazón al escuchar sus palabras.

Mi mente quedó aturdida varios instantes. Una voz interior me decía que no le creyera, que le gritara que era un mentiroso y que su intención era hacer quedar mal a Dojung.

Pero era cierto.

Era malditamente cierto y tenía las pruebas. No podía refutar nada ni intentar defenderla.

Yuta lo dijo muchas veces y no quise creerle. Porque supuestamente la conocía como la palma de mi mano y pensaba que ella no sería capaz de hacer tal cosa.

¿Por qué? Esa pregunta resonó en mi cabeza.

Yo estaba preocupado de que ella podría haber sido intimidada por esas personas pero resulta que estaba equivocado.

¿Es ella la hermana cariñosa y pura que conozco? ¿La hermana que sería incapaz de hacerle daño a alguien? ¿La hermana que se preocupaba por todos?

No, quizás esa persona nunca existió.

El sabor amargo en la boca hizo que me dieran ganas de vomitar. Sin importar que la llamada siguiera en línea dejé el teléfono sobre la mesa con lentitud y después llevé las manos a mi rostro sin poder ocultar el dolor que sentía. Sentí las lágrimas calientes bajar por mis mejillas en silencio y apreté los labios con fuerza.

¿Qué era todo esto? ¿Por qué tuvo que ser así? ¿Por qué Dojung?

Que podía hacer al descubrir que la persona que yo creía que era resultó ser otra cosa. Resultó ser lo peor y en el fondo no quería creerlo.

No quiero creer que ella fue capaz de hacerle eso a la hermana de Jaehyun. Con tanta crueldad que fue capaz de dejarla así.

¿Qué hizo Hyejin para que Dojung haga tal monstruosidad? No quiero ni pensarlo. No quiero pensar que no hizo nada y que Dojung arremetió en contra de ella por puro capricho.

Duele, es un dolor punzante que no me deja respirar.

Porque es mi hermana. Y es doloroso pensar en todo lo que hizo porque no tiene justificación. Sus acciones fueron lo más bajo que pudo haber hecho y la peor parte es que actuó como si nada.

Y quizás eso es lo que más me lastimaba.

Porque ahora comienzo a darme cuenta lo poco que la conozco.

— ¿Sigues ahí? –cuestionó Yuta después de un largo rato, las lágrimas no querían cesar pero me esforcé en contestar.

—Sí.

— ¿Quieres un pañuelo?

—Cállate Yuta.

No era el momento para sus bromas estúpidas. Me sentía terrible y tenía muchas ganas de vomitar.

Reposé el codo derecho sobre el pasamano y con la otra mano limpié las lágrimas con un pañuelo que había cogido de la mesa.

El dolor y decepción seguía ahí pero tenía que escuchar lo demás. De alguna forma necesito estar seguro de que es verdad lo que dijo.

Me aclaré la voz y después volví a coger el teléfono.

—¿Qué más? –Pregunté, de repente el recuerdo de una persona en especial azotó mi mente-. ¿Jaehyun... Él... Él lo sabe?

—En realidad quería hablarte también sobre eso...

Mi corazón dio un vuelco casi de inmediato.