—Qué suerte que ya hayamos encontrado casa, ¿verdad, Haim? —dijo mi padrastro sin apartar los ojos de la carretera. Tenía en sus labios una pequeña sonrisa de satisfacción, y pese que sabía que intentaba compartir conmigo su dicha, yo lo miré apático.
—Sí, qué suerte —respondí en tono neutro mientras miraba hacia la ventanilla con la cabeza apoyada en mi hombro.
—La casa es muy bonita, ya verás —volvió a decir con esa sonrisa que parecía no borrarse pese a mi tono de voz—. Hacía muchos años que no volvía a ese pueblo.
—Ah... —suspiré por la nariz y escuché a Jeremy reírse entre dientes, cosa que no le encontré ninguna lógica a aquella reacción. Era mejor ignorarlo.
Bueno, vamos a ponernos en situación: Cuando mi casa explotó, por ser yo un imbécil, acabamos tanto mi padrastro como yo en el hospital. Estuvimos cerca de una semana ahí, antes de que un familiar de mi padrastro —creo que su primo— nos dijera que nos quedáramos con él en lo que mi padrastro buscaba trabajo. Y lo encontró, dos meses después, conduciendo un camión de transporte de muebles grandes o algo así me dijo.
Pasé mis dieciocho y mis diecinueve años en esa casa mientras mi padrastro iba y venía, porque obviamente él era demasiado bueno, y tenía que devolverle el dinero que le prestó al comprarle un camión sencillo. Ah, y las facturas para que no nos considerara unos parias, parte de la comida que ingeríamos, las primeras prendas de ropa que nos compró, el papeleo que tuvimos que renovar... En fin, un dineral.
La persona que nos acogió, temporalmente, se trataba de Brandon Sanders. Tenía el cabello rubio oscuro, la piel rosada y los rasgos más suaves que una chica de treinta años bien conservada; además de los ojos azules como mi padrastro. Trabajaba como estilista para personas adineradas, lo que le dotó de una buena reputación y bastante dinero guardado en su caja fuerte del salón. Un privilegiado. No tenía mujer, ni hijos ni ninguna mascota; según él, prefería vivir solo porque su trabajo era mucho más importante que el amor.
A mí me pareció un poco absurda su excusa, aunque mi padrastro lo encontró demasiado divertida para darle la razón. Aquello me chirrió superlativamente. ¿Cómo podía darle la razón cuando, hacía poco más de dos años, había perdido a su esposa y a uno de sus hijastros? Lo peor era que, por las noches, le escuchaba llorar desconsoladamente sobre la almohada para que nadie le oyera, nadie salvo yo.
Desde aquella noche adquirí pesadillas ligadas al fuego, y algunas eran más violentas que otras. A veces soñaba que el fuego me quemaba la piel y moría calcinado, otras veces intentaba salvar a mi madre o a mi hermano y moría con ellos; y la peor de todas, la explosión creaba una calavera en llamas que me devoraba y fallecía en una cárcel de llamas, madera quemada y gritos de desesperación.
Fuego, el único elemento que estaba ligado a mi única posesión que me recordaba a mi madre. Llamas que devoraban todo a su paso como los jinetes del apocalipsis, la lengua de lava que arrastraba todo a su paso para enterrarlo hasta el fin de sus días como pasó en Pompeya, el elemento contrario a la naturaleza. ¿No era irónico que mi nombre significara «vida» y, encima, el elemento que me había tocado llevar sobre mis hombros era aquello que la hacía desaparecer?
Yo no me quedé como un mantenido y también eché una mano a mi manera: Mientras mi padrastro se marchaba con su camión, y Brandon se iba a trabajar hasta final de la tarde, yo intentaba dejar la casa ordenada. También, para no quedarme con las manos vacías, hacía pequeños trabajos como canguro, ayudando en bares cercanos a casa o echando una mano a estudiantes de secundaria. Huelga decir que terminé la secundaria un año antes que los demás chicos de mi generación; y aunque no era un genio, sí que era bastante inteligente, lo que me ayudó a que me adelantaran un curso.
ESTÁS LEYENDO
𝕹𝚘 𝓢𝚘𝚢 𝓣𝚞𝚢𝚘
WerewolfPese a que Haim era un brujo con mucho potencial, eso no le hizo menos culpable del terrible accidente que le obligó a cambiar su vida por completo. Con su familia muerta, prácticamente fue empujado a trasladarse a Newburg con su padrastro para inte...