Un chico pelinegro caminaba cabizbajo por las calles de Seúl, vestido completamente del mismo color que su cabello y tenía sus audífonos puestos escuchando a una de sus banda favoritas, "My Chemical Romance". Oh si, ese chico era todo un emo.
Era su primer día de clases en una nueva preparatoria, honestamente no estaba muy emocionado por ello, sus padres lo inscribieron en una escuela religiosa después de haber sido expulsado de su antigua preparatoria.
Así que ahí estaba, caminando en dirección a aquel lugar con mala gana y suspirando de forma pesada.
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Al llegar, observó todo a su alrededor, habían cruces, cuadros con la imagen de Jesús en ellos y cárteles bastante coloridos por todas partes.
"Definitivamente será difícil adaptarme a estar aquí" pensó.
Una mano en su hombro lo hizo salir de sus pensamientos y volteó hacia atrás, topandose con un chico bastante alto, mucho más que él y con una alegre sonrisa decorando su rostro, el cual venía acompañado de otro chico un poco más bajo que él, con un llamativo color morado en su cabello.
- ¡Hola! Nunca te había visto por aquí, supongo que eres nuevo, ¿no?.- Preguntó el chico de la enorme sonrisa, a lo que el pelinegro sólo asintió con timidez.- ¡Bienvenido! Mi nombre es Yunho y el es Wooyoung.
- Mucho gusto, ¿cómo te llamas?.- Habló el de cabellos morados.
- Soy Seonghwa.- Respondió de forma cortante, haciendo sentir nerviosos a los otros.
- Gusto en conocerte Seonghwa, espero que podamos ser muy buenos amigos.- Yunho estiró su mano hacia Seonghwa, pero inmediatamente la retiro al notar como este sólo lo miró con desdén.- Uhm bueno, ¿te gustaría que te diéramos un pequeño recorrido?
- No grac-.- Sin poder terminar su frase, fue casi arrastrado por Yunho y Wooyoung hacia el interior de la preparatoria. Sin duda sería un largo día para Seonghwa.
