Seonghwa iba en el auto con su padre, estaba algo incómodo, no sólo porque nunca había convivido con su progenitor de esta manera y no sabía que hacer o decir, también se sentía de esa manera por tener una venda en los ojos que le impedía observar su alrededor.
Por otro lado Seojoon manejaba con tranquilidad y mantenía una gran sonrisa en sus labios, estaba feliz de pasar tiempo con su hijo. Le dedicó una rápida mirada a su hijo, notando que este estaba tenso e incómodo.- ¿Todo bien, hijo?
- ¿Por qué tengo que usar una venda?.- preguntó algo temeroso.
- Quiero que sea una pequeña sorpresa.- estiró su brazo hasta el cabello de Seonghwa y acarició este de forma cariñosa.- ¿Desconfias de tu padre?
- No, no, no, sólo me parece extraño.
- ¿Qué es exactamente lo extraño?
- Es que rara vez me llevabas a algún lugar y cuando lo hacías me dejabas solo, como sí quisieras deshacerte de mí, al menos por un rato.
Seojoon se mordió la punta de su lengua, no sabía que responderle a Seonghwa, pues nuevamente tenía la razón y eso lo hacía sentirse mal.
Cuando Seonghwa era un niño, siempre le pedía jugar con él y para que no lo molestara, lo dejaba solo en algún parque o cualquier otro lugar divertido.
(Flashback)
Seojoon estaba sentado en la mesa del comedor, con su miraba fija en la pantalla de su laptop y con una enorme torre de papeles importantes al lado.
Estaba bastante cansado, llevaba horas en el mismo lugar, sus dedos ya comenzaba a doler y sus ojos amenazaban con cerrarse. Pero debía terminar aquel trabajo lo más rápido posible, aunque en realidad no era algo demasiado importante,
Se sentía estresado, pero no era precisamente por su trabajo, sí no por el pequeño peli negro que estaba a su lado dando saltitos y gritándole con su aguda voz.
- ¡Papi! ¡Papi! ¡Papi!~.- el niño sujetaba el brazo de Seojoon jalandolo, con la intención de hacerlo levantarse de su silla.- ¡Ven a jugar conmigo!
- ¡Deja de hacer berrinche, Seonghwa! Ya te dije que estoy ocupado, no puedo jugar contigo.- gritó Seojoon sin mirarlo.- Dile a tu madre que te lleve al parque.
- ¡No! ¡Yo quiero que juegues conmigo, por favor!~
Suspiró con frustración y se levantó de su silla.- Vamos al auto, te llevaré al parque.
Seonghwa sonrió ampliamente, mostrando su dentadura a la cual le faltaban algunos dientes de leche que se le habían caído recientemente.- ¡SIIII! ¡Eres el mejor papá!
Ambos se dirigieron al auto con pasos apresurados, Seonghwa estaba emocionado porque su papá iba a jugar con él en el parque. Esta era la primera vez que jugarían juntos en ese lugar.
Seojoon estaba arrepintiendose de lo que estaba por hacer, pero ya estaba a punto de llegar al parque y realmente quería terminar su trabajo de forma tranquila, sin que Seonghwa lo moleste.
Miró de reojo a su hijo, él tenía sus piernas sobre el asiento del copiloto y miraba curioso a través de la ventana.
- ¡Mira! Hay un perrito en la calle, es muy bonito~
Seojoon sonrió con ternura, le parecía adorable ver a Seonghwa emocionarse por cualquier cosa por más insignificante que sea.
Pero esa sonrisa desapareció cuando estacionó el auto frente al pequeño parque.
- ¡Siii! Por fín llegamos.
- Volveré por ti cuando termine de hacer mi trabajo.
- ¿No vas a venir conmigo?.- el tono de voz de Seonghwa sonaba muy bajo y se podía notar la decepción en su rostro cuando Seojoon negó con la cabeza.- ¿Y sí algo me pasa y no estás aquí?
- Estarás bien, lo prometo, la casa está muy cerca.
Seonghwa salió del auto con lágrimas en los ojos, se quedó parado enfrente del auto, mirando a su padre irse. Cuando perdió de vista el auto, se dirigió a los columpios, sentándose en uno de ellos.
Podría jugar con los demás niños para no sentirse solo. Pero en ese momento no había nadie más.
Seonghwa salió del auto con ayuda de su padre, estaba nervioso y ya quería quitarse la venda.
Seojoon comenzó a quitársela poco a poco.- ¿Estás listo?
- Sólo quitamela de una vez.
- Está bien, ya voy.- desató el nudo de la venda y se la retiró de los ojos.
Seonghwa quedó boquiabierto, tenía enfrente a un skate park lleno de gente. Sólo había ido a uno dos veces cuando tenía 12 años.
- ¿Por qué me trajiste aquí?
- Porque quiero que te diviertas y pasemos una linda tarde juntos.
- ¿Juntos?.- Seonghwa se dió la vuelta para mirar a su padre con ilusión.- ¿Te quedarás conmigo?
- Si, incluso te compré una nueva patineta, supe que tu madre echó a la basura la que te regalé en navidad.
El peli gris no sabía que decir, estaba sin palabras. Le sorprendía mucho todo lo que su padre estaba haciendo.
- Papá...
- ¿Qué pasa?.- preguntó mientras sacaba el skateboard de su auto.
- Gracias...
Esto no es algo muy importante para la historia, pero aún así quería escribirlo.
Tal vez haga una segunda parte.