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Seonghwa estaba debajo de las cobijas hecho bolita, sentía tanta vergüenza y no se atrevía a mirar a Yeosang a la cara.

Ahora si estaba completamente vestido con las prendas de ropa que Yeosang le había prestado. Pero aún así no quería que el rubio lo mirase.

Sentía una mezcla de incomodidad, enojo y vergüenza, incluso pensaba que Yeosang era un completo pervertido.

Quería escapar de ese lugar, quería saltar por la ventana y huir, no podía soportar el hecho de seguir atrapado en la habitación de Yeosang después de lo ocurrido anteriormente. Pero después recordó la herida de su rodilla a causa de caer por esa ventana e inmediatamente abandonó aquella idea.

La cobija que cubría de pies a cabeza su cuerpo se levantó poco a poco y sintió la presencia de alguien más a su lado. Era bastante evidente que se trataba de Yeosang, pero de todas formas entró en un pequeño pánico.

- No te acuestes conmigo, tus padres dijeron que no podemos dormir juntos.

- Sí no se dan cuenta está bien.

- Yeosang, no.

- Perdóname.- suspiró al ver el rostro de sorpresa de Seonghwa.- No debí mirarte, eso estuvo mal. Dios jamás me perdonaría algo como eso, pero espero que tú si, no quiero que estés enojado conmigo.

- Definitivamente hiciste algo muy malo.

- Lo sé y de verdad quiero que me perdones.

- ¿Prometes no hacer ese tipo de cosas raras otra vez?

- Si, si, pinky promise.- Yeosang levantó su meñique y Seonghwa algo dudoso entrelazó su dedo con el del rubio.

- A veces eres tan infantil.

- Oh, lo siento.

- No importa, eso te hace muy...lindo.- mencionó aquella última palabra con timidez y en un tono de voz bajo, pero Yeosang logró escucharlo perfectamente.

- ¿Crees que soy lindo? Mucha gente me lo dice. No creo ser lindo, aunque a veces , pero otras no, pero luego si y luego no, es algo raro. Honestamente pienso que hay cosas más lindas que yo, como por ejemplo los gatitos, los perritos, los conejitos, las flores, las nubes y mi primo de 3 años, es una cosita muy tierna. No lo veo desde navidad y lo extraño, es muy divertido, una vez jugamos todo el día hasta que se hizo de noche, al final terminé con una gomita de osito pegada a mi cabello, pero valió la pena porque me divertí y la gomita estaba deliciosa[...]

Yeosang continuó hablando mientras era escuchado por Seonghwa, ahora ya no le molestaba que este hablase tanto, le parecía bastante entretenido escucharlo contarle cosas que la verdad no le interesaban en lo más mínimo.

- Y bueno, así fue como me encontré esa moneda en el parque.- soltó una pequeño risita, contar aquella anécdota le parecía muy divertido.- Quiero preguntarte algo.

- ¿Qué cosa?

- ¿Por qué aceptaste hacer esta pijamada conmigo? Según yo no querías hacer amigos.

- Reconozco que me equivoqué un poco, no eres tan molesto como pensaba. Respecto a la pijamada, no quería pasar la noche en mi casa y además no quería verte triste.

- ¿Triste?

- Si, te veías muy emocionado y felíz, tus ojitos me miraban con un brillo bastante bello, sin mencionar tu sonrisa. Me sentiría mal al arruinar tu ilusión de tener una pijamada.

Yeosang lo miró expectante, es lo más lindo que Seonghwa le ha dicho.- Gracias por eso, me da gusto que te preocupes por mí.- abrazó la cintura del peli negro con fuerza y escondió su rostro en su pecho, después de algunos cuantos minutos, el abrazo fue correspondido.- Te quiero Seongie.

- También te quiero.

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