Yunho estaba sentado en una pequeña silla, afinando las cuerdas de su guitarra acústica y tocando algunos acordes.
Comenzó a tocarla cuando era un niño, sus padres le regalaron una por sus buenas notas a la edad de 8 años. Practicaba todos los días con mucho entusiasmo, pero a pesar de ello no lograba mejorar.
En su primer año de preparatoria conoció a Yeosang y rápidamente se hicieron amigos, ambos se apoyaban el uno al otro.
Yunho estaba cansado de seguir estancado en los mismos errores respecto a su guitarra, no había mejorado ni un poco, estaba decidido a dejar de tocarla, pero Yeosang le dijo que no abandonara su mayor pasión, sabia que Yunho era bastante inteligente y que podía lograr cualquier cosa que el se propusiera.
Desde ese día comenzó que tener más confianza en sí mismo gracias a Yeosang e inevitablemente también se enamoró.
Sabía que eso estaba mal, no debía sentir atracción por un hombre, sus padres siempre le decían que las personas homosexuales eran hijos de satanás y unos enfermos, era un absoluto pecado. Pero no lo podía evitar por más que quisiera, cada vez que lo veía correr hacia él por las mañanas en la escuela para saludarlo con una enorme sonrisa iluminando su rostro, su corazón empezaban a latir con fuerza y en su estómago tenía una sensación de mariposas volando como locas.
Amaba todo de él, su sonrisa, sus ojos tan azules como el hermoso cielo, su piel tan suave como la de un recién nacido, su particular olor a dulce, sus manos tan finas y delicadas, pero sobre todo su tierna inocencia y su amabilidad. Era imposible no caer rendido sobre sus pies.
La primera vez que se confesó su amor, Yeosang de la manera más amable lo rechazó, intentando no lastimar sus sentimientos. Lo hizo un par de veces más para ver sí por fin su amor era correspondido, pero Yeosang le pidió que deje de hacerlo, para él Yunho era su amigo y nada más.
A pesar de eso no se sentía mal, al menos aún tenía a Yeosang a su lado y este nunca lo cambiaría por otra persona. Hasta que llegó cierto chico a arrebatarle su felicidad.
Park Seonghwa era el equivalente a tener piojos, bastante molesto.
Se dió cuenta de que Seonghwa no era normal (según él), se acercó a él para intentar ser su amigo y de alguna manera hacerlo cambiar.
A Yunho no le agradaban aquellos chicos que se hacían llamar emos, no terminaba de comprender porqué querían llamar la atención fingiendo estar deprimidos, según sus propias palabras.
Pero no esa lo era la única razón por la que Yunho odiaba a Seonghwa. Cuando notó la forma en la que Yeosang lo miraba en su primer día de clases, algo en su corazón se rompió.
"¿Acaso a Yeosang le gustaba Seonghwa? ¿Qué tiene él de especial que no tenga yo?". Se preguntaba Yunho.
Aún no estaba seguro de sí a Kang le gustaba el peli negro, pero sus ojos llenos de brillo al verlo y su aparente necesidad de estar cerca de él y tocarlo, lo hacían pensar que en efecto estaba enamorado.
El ruido de alguien ingresando al salón lo hizo voltear hacia a atrás y al ver quién era aquella persona se levantó de su silla con el ceño fruncido.
- ¿Mingi te ha mandado aquí?
- En realidad vengo a proponerte algo.
- Hongjoong perdón, pero no me interesa absolutamente nada que venga de ti, ni de tus amiguitos. Así que por favor retírate.
- Bueno, supongo que no quieres saber lo que Yeosang hacía con Seonghwa.
- ¿Qué cosa hacían?
- Los miré juntos en el patio, estaban besándose.
- ¿Q-qué?.- su voz sonaba rota, estaba devastado. Yeosang se besó con alguien que no era él.- Debes estar mintiendo.
- Sí no quieres creerme está bien, pero ese beso que vi estaba lleno de pasión y deseo.- Hongjoong mintió.
- No, no, no. Eso no puede suceder, Yeosang no puede hacer algo así.
- ¿Ahora escucharás mi propuesta?
Yunho asintió decidido, estaba furioso, tenía que alejar a Park Seonghwa de su Sangie cueste lo que cueste.
- Bien, sé lo mucho que quieres a Yeosang y que no te gustaría verlo con alguien más. Es por eso que necesito tu ayuda, Seonghwa tiene que estar conmigo.
- ¿Cual es tu idea?
- Vamos a hacer que se peleen, será bastante sencillo y rápido. Además, por fin podrás estar con Yeosang y yo con Hwa.
- De acuerdo, vamos a hacerlo.
Ambos estrecharon sus manos, sellando así el trato y después de eso Hongjoong se retiró.
Gracias a la falsa información que le brindó Hongjoong, sabía que era exactamente lo que tenía que hacer ahora.
La idea de armar una simple pelea no le parecía mala. Sin embargo, iba a cambiar un poco el plan.
Creo que debo dejar ese mal habito que últimamente tengo de actualizar o hacer alguna tarea importante en la madrugada UnU.