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Tres semanas habían pasado después del incidente en el departamento de San, el chico estaba detenido mientras la policía lo investigaba.

Wooyoung por su parte, estaba (literalmente) encerrado en su habitación. La puerta tenía distintas cerraduras, las cuales sólo podían abrir sus padres, no podía salir de aquellas cuatro paredes, se sentía encarcelado.

Estaba sentado en el suelo abrazando sus piernas, miró hacia la puerta cuando el sonido de las cerraduras siendo abiertas se hizo presente. Muy probablemente era su madre, quien se encargaba siempre de llevarle su comida, ya que su padre ni siquiera quería verlo.

- Woo~ alguien quiso venir a verte.

Efectivamente, esa era la voz de su progenitora, pero ¿tenía visita? Eso era raro, sus padres ya no dejaban que sus amigos asistieran a su casa para verlo.

Escuchó algunos murmullos y después la señora Jung desapareció, dejando solo a Wooyoung con aquella persona. Este se levantó del suelo y abrió sus ojos en grande al ver al mismo Jeong Yunho frente a él, con su característica sonrisa alegre.

- Hola, amigo.

- ¿Cómo hiciste para que te dejaran pasar?

- Sabes que tus padres me adoras, incluso más que a ti.

Wooyoung rodó los ojos, esa frase la había escuchado mil veces, Yunho siempre se encargaba de restregarle en la cara que sus padres lo preferían a él.

- Bueno, ¿y qué quieres?

- ¿Por qué no has ido a clases? Te necesito para plan.

- Mis papás me castigaron y no me dejan salir.

- Parece que se tomaron muy en serio lo de "no salgas de tu habitación".- se rió a carcajadas mientras Wooyoung lo miraba con enojo.- ¿Y se puede saber por qué te castigaron?

El peli morado soltó un suspiro y empezó a contarle absolutamente todo lo ocurrido, desde lo ocurrido en la preparatoria, hasta el momento donde sus padres lo sacaron casi arrastrando del departamento de San.

Yunho lo escuchaba atentamente mientras se recostaba en si cama y abrazaba una almohada. Este sonrío de manera burlona cuando su amigo terminó de hablar.- Vaya, que fuerte...

- Si, me siento fatal...ya no podré ver a San.

- ¿Eso es malo? Él se merece ir a prisión, es un criminal y un asqueroso maricón.

- ¿Tengo que recordarte que estás loco por Yeosang? Eso no es muy hetero de tu parte.

Yunho de inmediato cambió su expresión burlona y se puso serio.- Cállate idiota...no vine hasta aquí para que te burles de mí.

- Entonces ¿a qué viniste?

- Dijiste que me ayudarías a acabar con Seonghwa.

- Yo no dije eso, además...¿a qué te refieres con "acabar con Seonghwa"?

- ¿No es obvio? Yo quiero hacerlo desaparecer para siempre.

Wooyoung inmediatamente se alejó de Yunho y negaba con su cabeza.- No...tú estás loco...¿de verdad vas a...matarlo?

- ¡Dios mío! Claro que no, no pienso ensuciar mis manos con su asquerosa sangre.

- ¿E-entonces?...- la voz de Wooyoung sonaba temblorosa, estaba más que asustado.

- Quiero arruinarle la maldita existencia tanto que se vea obligado a atentar contra su propia vida.

- ¿Q-qué?...

Yunho suspiró de forma pesada y rodó sus ojos.- Voy a hacer que Park Seonghwa se suicide. Es la manera más sencilla de deshacerme de él, no tendré que esconder algún cadáver y no tendré que ir a prisión.

- ¡No, no, no! ¡Tú estás mal de la cabeza Jeong-

Su voz fue interrumpida por la de su madre, esta entró a la habitación con una enorme sonrisa.

- Yunho~ es hora de la cena, ¿vas a quedarte?

- Por supuesto que si señorita Jung, ¡me encantaría!~

El semblante del castaño cambió por completo y nuevamente sonrió con alegría. Ambos salieron de la habitación, pero cuando Wooyoung estuvo a punto de cruzar la puerta, su madre lo detuvo.

- Tú vas a quedarte aquí, cuando terminemos te traeré tu cena.

Dicho esto, la mujer se fue y cerró la puerta de la habitación, asegurándose de cerrar también las cerraduras de seguridad.

El peli morado se recostó en su cama y suspiró con tristeza.

Tenía tantas ganas de impedir que su amigo cometan alguna tontería, pero lamentablemente no pedía hacer algo al respecto y con ese pensamiento en su mente, el sentimiento de impotencia empezó a hacerse presente.

Tenía tantas ganas de impedir que su amigo cometan alguna tontería, pero lamentablemente no pedía hacer algo al respecto y con ese pensamiento en su mente, el sentimiento de impotencia empezó a hacerse presente

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Tenía pensado subir otro capítulo mañana, pero como es mi cumpleaños dudo que pueda hacerlo :]

Pero muy probablemente vuelva a actualizar mucho más seguido.

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