No me sueltes... (19)

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-Narra Addison: cuando salí corriendo del restaurante estaba empezando una leve llovizna, saqué mi teléfono para marcarle a Cora o alguien que fuera por mi, no podía darle la cara a Isaac ahora, saqué mi teléfono y empezó una lluvia muy fuerte, estaba temblando del frío y porque estaba llorando, el teléfono se me resbaló de las manos hacia la calzada, iban pasando carros pero aún así fui, estaba apunto de tomar el teléfono cuando por mi vista periférica pude notar las luces de un carro acercándose, me quede inmóvil viendo cómo el carro se acercaba a mi, el carro estaba demasiado cerca y sentí como unas manos tocaron mi cadera sacándome de la calzada y llevándome a sus brazos abrazándome.

-Aquí estoy- dijo el, pude reconocer que era Isaac y recosté mi cabeza llorando sobre su pecho que se mojaba por la lluvia.
-No me sueltes...- dije sollozando.
-Jamas te soltaría- dijo mientras dejaba un pequeño beso en mi cabeza, Dios eso me hizo sentir tan segura de todo. Me separaré de él y nos vimos a los ojos por unos momentos, miraba sus labios y miraba sus ojos, eran tan preciosos, él tocó con la yema de su dedo mis labios y pude sentir un cosquilleo por todo el cuerpo, después de dos segundos él junto sus labios con los míos hundiéndonos en un hermoso y profundo beso, Dios se sintió tan bien, íbamos sincronizados en el movimiento de nuestros labios, carajo, este hombre besaba como los mismísimos Dioses.

 Me separaré de él y nos vimos a los ojos por unos momentos, miraba sus labios y miraba sus ojos, eran tan preciosos, él tocó con la yema de su dedo mis labios y pude sentir un cosquilleo por todo el cuerpo, después de dos segundos él junto sus la...

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Pasó sus manos por mi espalda y terminó poniéndolas en mi cintura, yo puse mis manos alrededor de su cuello, y me aferré más el, sentí que el aire se me acababa pero no quería separarme, hasta que no pude más, me separé poco a poco de él y juntamos nuestras frentes.

-Wow- dijimos al unísono y reímos.
-¿Vamos a mi casa? Papá llega hasta tarde hoy, y creo que no le puedes marcar a nadie- dijo riendo mientras veía mi teléfono destrozado en la calzada, lo mire riendo y asentí. Estaba temblando de pies a cabeza, Isaac lo noto y se quitó el saco para después ponérmelo sobre los hombros. Una acción por la cual sonreí.

Fuimos a su casa y si, efectivamente estaba sola, nos dirigimos al piso de arriba y entramos a la habitación de Isaac, me senté en la cama y el se metió al baño, salió con su pijama que era como todas las demás, me extendió una toalla y la tomé so...

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Fuimos a su casa y si, efectivamente estaba sola, nos dirigimos al piso de arriba y entramos a la habitación de Isaac, me senté en la cama y el se metió al baño, salió con su pijama que era como todas las demás, me extendió una toalla y la tomé sonriendo.
-Gracias- dije y él sonrió.
-¿Quieres una sudadera?- preguntó él y asentí sonriendo, de su armario sacó una sudadera, me la entregó y se sentó en la cama.
-Ahí está el baño- dijo señalando la puerta por la que había salido anteriormente.
-Gracias- dije y me dirigí al baño, cerré la puerta y me recargue en esta, estaba apunto de gritar, estaba en el cuarto de Isaac Lahey y me iba a poner una de sus sudaderas. Sonreí cuando me vi al espejo, me lave la cara y me quite el maquillaje que no se había corrido por la lluvia y las lágrimas, me puse la sudadera, me quedaba bastante larga, más o menos al muslo, entonces recordé algo que me había dado Cora, abrí la pequeña bolsa que había llevado, hasta el fondo había un rollo de tela, lo saqué y lo desenrollé, era un short, reí porque no sabía que era, ella solo me dijo que era en caso de emergencia. Me lo puse y me amarre el cabello en una trenza. Salí del baño y Isaac estaba de espaldas, al escuchar la puerta del baño volteo y me miro.

-Te quedan muy bien las sudaderas largas- dijo y sonreí y se dirigió a la puerta para salir del cuarto.
-¡Isaac espera!- dije y él me volteo a ver.
-¿Qué pasa?- preguntó y empecé a jugar con mis manos.
-¿Puedes dormir conmigo?- pregunté un poco tímida por su respuesta, ¿por qué le preguntó eso? Que tonta.
-¿Quieres que duerma contigo?- preguntó nervioso.
-¿Sabes que? Olvídalo, mejor si quieres, yo duermo en el cuarto de invitados, y tú duermes en tu cuarto.
-¿Qué? No, por supuesto que no, tú vas a dormir aquí y si quieres que duerma contigo, voy a dormir contigo- dijo cerrando la puerta del cuarto, sonreí y nos acostamos en la cama, nos tapamos y ambos miramos al techo, intentando no tener ningún contacto.
-Lo de hace rato, del... beso- dije.
-Ah, eso...- dijo Isaac.
-¿Qué fue eso?- pregunté volteando para verlo.
-No se, ¿tú qué quieres que signifique?- dijo respondiéndome y después haciéndome su pregunta, nos miramos a los ojos y solo nos reímos, pareciera que pensamos lo mismo. De un momento a otro me tomo por la cintura y me aferro a él, enrede mis piernas con las suyas y recosté mi cabeza sobre su hombro mientras el acariciaba mi espalda, al poco tiempo estaba por quedarme dormida y sentí como dejaron un tierno beso en mi cabeza.
-Esto se siente tan bien- dije sonriendo levemente y me acurruqué para después quedarme profundamente dormida sobre el pecho de Isaac.

Nunca es tarde [Isaac Lahey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora