Capítulo 42

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Los saiyajines lograron escapar a excepción de Trunks y Lapis, que seguían en el incendio. Afuera del laboratorio se quedaron Caulifla y Kyabe cuando notaron que faltaban los otros dos.

Mientras tanto Goku, Vegeta y los demás salieron huyendo a toda velocidad de lo que sus lastimados cuerpos lo permitían, solo querían disfrutar de la libertad y ponerse a salvo.

En el camino se encontraron con dos seres que fueron capaces de abandonarlos a su suerte apenas hacía un par de horas.

—Veo que lograron escapar —dijo Bills.

—¿Cómo se atreve a decirnos eso cuando nos abandonaron? —lo enfrentó Vegeta.

—Calma, solo queríamos darles valor para que se atrevieran a enfrentarse a sus problemas ustedes solos —explicó Wiss.

—¿Esperan que les digamos gracias? —preguntó sarcastico Gohan.

—No, no tienen que agradecer, porque ustedes solos lo hicieron, y es la lección que les queríamos dar, no esperen a que nadie llegue a salvarlos, luchen ustedes mismos por conseguir su propia libertad —dijo wiss.

Los saiyajines cansados de escucharlos y todavía molestos con ellos, sin importar que ellos trataban de darles un mensaje, los dejaron hablando solos y continuaron su escapada.

Cada quien llegó a su casa a ponerse a salvo y relajarse de nuevo después de muchos días de sufrimiento en un infierno creado por un ángel.

***

Marcarita regresó de su receso y descubrió su laboratorio hecho cenizas.

¿Y los fantasmas? Ni rastro de ellos, pudieron haberse escapado o quemado cualquiera de las dos opciones era creíble para ella.

Marcarita y Toppo buscaron a Jiren sin resultado favorable, ¿Será que los saiyajines se rebelaron contra él? Se preguntaban.

—Jiren contra todos esos saiyajines furiosos no tenía probabilidades de ganar —dijo Toppo.

—No seamos pesimistas —le reclamó Marcarita—. Quizá solo se fue porque yo no tenía a quien cuidar.

Jiren no apareció.

***

Caulifla y Kyabe ya iban de regreso también, solo querían llegar y esconderse por un rato, porque si Marcarita los encontraba podría matarlos por haber destruído su laboratorio con todas esa maquinas sofisticadas.

Se dirigieron a la isla, ambos volando por encima del mar. La brisa fresca los golpeaba y eso los hizo sentir mejor.

Pronto todo solo sería un mal recuerdo y seguirían sus vidas como si nada.

Visualizarón la isla y bajaron a ella, cuando iban entrando una fuerza invisible los repeleó y los aventó venite metros atrás. Perdieron el control y calleron al mar completamente electrocutados, pudieron haber muerto. Y todo por el campo que dejó Jiren.

En ningún lugarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora