Epílogo

60 6 11
                                    

Era un día caluroso de esos que abundan en verano, pero nunca más caliente que aquellas esferas, que ahora solo eran un horrible recuerdo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era un día caluroso de esos que abundan en verano, pero nunca más caliente que aquellas esferas, que ahora solo eran un horrible recuerdo.

En la isla Caulifla y Lapis estaban solos.

—Pronto tendremos un nuevo habitante en la isla —dijo Caulifla entusiasmada a Lapis cuando se sentaron bajo la sombra de un gran sauce.

—¿Por qué? Tú y yo estamos muy bien estando solos. No necesitamos otro que nos venga a quitar el trabajo. —Opinó Lapis. A Caulifla le hizo gracia su comentario.

—Oh no, al contrario, este nuevo habitante nos traerá mucho más trabajo.

—¿En serio? ¿De quien se trata?

—Me refiero a un bebé —dijo ella, sin perder de vista la expresión de Lapis.

—¿Kyabe? —sorprendió Lapis preguntando eso.

—¿Qué? ¿Por qué preguntas por Kyabe si dije bebé? —frunció el ceño y esperó a que le respondieran.

—No sé, porque Kyabe bebé —Lapis se sonrojó al momento de decir eso y Caulifla rompió en una carcajada.

—No, además Kyabe ya se regresó.

—Ok —entendió Lapis—. ¿Entonces de que bebé hablas?

—De un bebé que aún no nace, tonto.

Lapis se alegró por ese bebé que aún no nacía, se levantó de un salto, agarró a Caulifla y la levantó por los aires, dieron un par de giros y la devolvió al suelo.

—Qué emoción, muchas felicidades, Caulifla.

—¿Felicidades, por qué? —interrumpió Caulifla—. ¿Qué pensaste?

Lapis confundido rápido explicó.

—Que tú vas a tener un bebé.

—No, yo no —dijo Caulifla mientras aún se reía—. La que va a tener un bebé es Vaquita.

Cuando Lapis lo comprendió fue a visitar a Vaquita y al minotauro y a darle sus felicitaciones.

Unas horas más tarde aterrizó un vehículo aéreo en la playa de la isla. Lapis estaba cerca y llegó a recibir a los invitados.

—Qué sorpresa —dijo Lapis cuando vio de quien se trataba.

Allí estaban Trunks y Mai, aunque para Lapis no era realmente una sorpresa, porque ellos solían visitarlos frecuentemente.

En ningún lugarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora