Capítulo 3

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Lapis

Voy a mi casa a empacar para irne a la casa de Trunks. Al cabo de un rato lleno una maleta con ropa casual, productos de higiene personal, mis pantuflas, y la pijama.

En la casa de Trunks no hay mucha comida, creo que sería bueno de mi parte ir a hacer las compras ya que viviré acá.

Pero mañana.

***

Al anochecer me di cuenta de algo. Trunks me dijo que no había luz en mi casa, pero estoy viendo lo contrario.

—Trunks, ven aquí —grito parado al lado de la ventana.

—¿Qué quieres?

—Mira eso.

—Dejaste la luz de tu casa encendida.

—No, porque no hay luz, sin embargo la luz está encendida. ¿Qué dices de eso?

—Debe haber un error.

Entonces la luz de mi casa se apago y ambos vimos eso. cuando pensamos que no se podía poner más eztraño, la luz empezó a parpadear como si alguien la apagara y encendiera, parecía escena de película de terror.

Un fuerte golpe nos alarmo, y casi caigo de culo, solo era la puerta, alguien tocaba y Trunks fue a abrir.

La mayor sorpresa es que no era nadie.

—Seguramente solo es una broma, Trunks  —aseguró para que se relaje porque se ve pálido.

asiente.

—¿Y lo de tu casa también es broma?

— No creo, eso debe ser un error del electricista que contrataste ya sabes, si quieres algo bien hecho tienes que hacerlo tú mismo. Esque te digo no debiste contratar a nadie.

—Aún tienes que pagarle. 

Me volteo a verlo.

—Espera, ¿qué? 

—¿Pensabas que trabajaba gratis?

—Pensaba que tú le pagaste.

—Bueno sí le pagué, pero te falta pagarle cuando venga a instalar la luz.

—Pero, yo puedo hacer eso, Trunks, no como otros. Mira, mejor vamos a ver lo de mi casa.

Salimos de la casa, la luz de la mía ya no parpadeaba ahora estaba encendida, de la manera mas brillante e intensa como nunca la había visto antes.

Era una noche fresca, no hacía demasiado frío. El cielo estaba adornado de estrellas y una timida luna brillaba sobre nuestras cabezas.

—¿No fuiste tú qué puso la luz para demostrar que podías hacerlo?  —escuché a Trunks.

—Seguiras con eso, ¿eh? Si sigues pensando eso no quiero oírte.

Silencio total. De pronto la luz de mi casa se apagó.

— Trunks, creo que no va a hacer falta que la vayamos a apagar —digo viendo el lado positivo de la situación—. Trunks... ¡Trunks! ¿Qué te pasó, amigo?

Trunks de pronto está en el suelo, con una expresión de susto en su rostro, inconsciente. 

—¿Te moriste? Despierta por favor.

Le doy una bofetada en la cara para ver si con eso despierta.

//.
Todavía no se vayan,  actualización doble,  sigue leyendo.

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