"Capítulo 34 parte 2"

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No podía ser cierto. Austin corrió los centímetros que le faltaban, llegó hasta la orilla. La alcanzó a tomar del brazo. Dios, era demasiado peso, pero lo había hecho. De no haber escuchando las palabras de David, no estaría sujetándola ahora mismo. Observó por esa milésima de segundos como David caía directo al agua. Santo Dios.

—Sostente, sostente— Gritó Austin. Ella lloraba mucho. Los policías se acercaron, para ayudarlo. Austin sintió que se le resbalaba de las manos. Ella lo apretó con fuerza. —Mierda, ¡AYUDENME!— Rogó. ¿Los policías iban en cámara lenta, o qué mierda?

—La tengo— Gritó uno de ellos, alcanzándola. Con la fuerza de él y la de Austin, ambos pudieron alzarla hasta arriba nuevamente. Repentinamente, la subieron por completo. Ella cayó sobre Austin, sin fuerzas, débil, pequeña. Se hundió en un llanto desgarrador, aterrador, lleno de miedo. Su cuerpo temblaba. Fue ahí cuando Austin derramó una lágrima. El nudo en la garganta lo asfixió. La abrazó con todas sus fuerzas, no la soltaría, oh, eso jamás.

—Cariño… cariño… tranquila, te tengo, no vas a caerte, estás a salvo ahora— Le susurró. Las lágrimas de Austin se hicieron presentes. Ella se amarró a su cuello. Ambos seguían tirados en la tierra.

—No vuelvas… no vuelvas a abandonarme nunca, nunca Austin— Dijo tartamudeando. Se le dificultaba hablar a causa del llanto. El puso una mano sobre la cabeza de ella y la hundió a su cuello, brindándole calor y protección.

—No lo haré…— Susurró él, quien tampoco podía hablar con claridad. Cerró sus ojos con fuerza y le besó la frente. —Calma cariño, me rompe el corazón escucharte así— Imploró. —Te amo bonita, no voy a abandonarte… esto terminó—.

Loraine alzó su cabeza para observarlo de frente. Y una vez más, después de un mes en coma, Austin estaba frente a ella. Vivo, observándola, hechizándola, hipnotizándola con su mirada. Dios había escuchado sus plegarias. Sus llantos cada noche, su sufrimiento. Todo eso era pasado ahora. Por que tenía nuevamente en sus brazos a él, al único hombre que le había robado el corazón. Qué le había enseñado lo que era el amor verdadero. Lo que era vivir la vida sin límites y preocupaciones. Lo que era amarse más que a su propia vida, incluso aunque él estuviera muriendo por dentro. Era el hombre más fuerte que había conocido. Y estaba vivo, respirando con fuerza. Observándola sin apartarle la mirada. Austin tomó la mano de Loraine y se la puso sobre su pecho.

—¿Sientes mis latidos, Loraine?— Preguntó. Ella asintió, intentando calmar su llanto. —La razón de que esté vivo, eres tú. Mi padre me lo ha dicho desde el cielo. Por eso volví, ¿Lo sabías? El amor que te tengo es más fuerte que la muerte misma— Le susurró. Loraine pegó su frente con la de Austin. Tragó saliva, para ahogar ese nudo asfixiante. Las mariposas volviendo a su estómago. —Dios me dio esta oportunidad de regresar para demostrarte cuanto te amo, lo que eres para mí, y precisamente eso haré— Finalizó.

 Una lágrima más rodó por la mejilla de ella, la cual Austin limpió con delicadeza.

—Te amo tanto, Austin, tanto como no te imaginas. Sufrí demasiado, pero eso no importa ahora, estás aquí… volviste por mí y estoy tan agradecida. Te necesito. Te extraño. Te amo— Susurró ella.

—Pues ya no me necesites ni me extrañes más, por que estoy aquí y no pienso irme a ningún lado— Finalizó él. La abrazó con fuerza. Ella se dejó caer en sus brazos nuevamente. Oh, esta sensación que extrañaba desde hacía tanto tiempo. Estaba nuevamente abrazándolo, sintiéndose protegida y amada. No había sensación en el mundo que la hiciera sentir mejor. La separó ligeramente de sus brazos, la tomó de ambos costados del rostro. —Creí que no podría volver a hacer esto— Susurró. Ella no logró decir nada. Ni siquiera un ‘¿Hacer qué?’. Austin unió sus labios con los de ella. Profundizó un cálido beso. Y como por arte de magia, el dolor, el miedo, la frustración, las lágrimas, el llanto, el nudo en sus gargantas, todo, absolutamente todo desapareció. Este beso era más fuerte que todas esas cosas. Sus labios se movieron al compás, con extrema suavidad. Recordando cuanto se amaban, necesitaban y extrañaban. Pero ya no más, ahora estaban juntos, besándose como la primera vez. Eso era fascinante. El hecho de que muchas personas estuvieran a sus alrededores, no importó ahora. Fue como si estuvieran solos, atrapados en su propio mundo. Con un suave sonido, separaron sus labios. Una sonrisa se dibujó en sus rostros.

—Lamento interrumpir— Habló alguien parado junto a ellos. Ambos lo vieron. —Pero en este momento, realmente necesito un abrazo de mi niña, señor Mahone— Suplicó Edward. Ambos sonrieron. Loraine se puso de pié.

—¡Papá!— Dijo emocionada. Lo abrazó e inmediatamente un dolor recorrió su abdomen. Recordó que David le había hecho una herida, la cual no paraba de sangrar. Se había olvidado por completo. Se separó de sus brazos casi de inmediato. Su padre y Austin la observaron con extrañeza. Ella hizo un quejido de dolor.

—Auch…— Susurró ella, observando su herida.

—¡Joder! ¿Por qué no me dijiste? ¡Un doctor!— Pidió Austin. A los pocos minutos, unos doctores llegaron para atenderla.

—No me duele— Mintió ella. ¡Quería estar más tiempo con Austin! Volver a ver un hospital, no le agradaba.

—Necesita puntadas. Será rápido, no se preocupe señorita Winston— Aseguró un doctor. Ella asintió sin mucha gana. Austin le dio un pequeño beso en los labios.

—Austin, no quiero ir— Rogó ella.

—Pero irás, lo necesitas— Dijo él. —Luego de esto, vamos a recuperar todo el tiempo perdido. No te voy a separar de mí ni un momento, hasta que te hartes de mi presencia— Aseguró el con una bonita sonrisa. Ella sonrió, mientras la subían a la ambulancia.

—Oh, no creo que me harte de ti— Dijo ella. —¿Es una promesa?—.

—Si, bonita. Es una promesa…— Finalizó Austin.

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La continuacion del cap. anterior no suelo hacer y odio que de hagan partes de un solo cap. pero este era de verdad necesario sorry si las asuste. VOTEN Y COMENTEN 

Pasense por mis otras dos novelas una es de Luke y la otra de Niall. 

"La Última Carta" acmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora