"Lo siento. No estés asustada, te veré al rato, ¿De acuerdo? Te amo..."
Loraine corrió hasta el cajón de su tocador y sacó un pequeño paquete que contenía pastillas. Se volvió hacia Austin, que estaba sentado a la orilla de la cama.
-Casi me olvido, tómate estas- Le entregó dos tabletas. Austin las recibió y pasó una por una. Tomó agua. Loraineestaba algo inquieta. Revisó toda la habitación haber si no faltaba nada. - ¿Te bebiste el jarabe anoche?- Preguntó, caminando de un lado a otro. Austin se puso de pié y se acercó hasta ella. La tomó de los hombros con fuerza y la observó fijamente. Sus ojos se encontraron.
-Cariño, tranquila- Le pidió. -Hice todo lo que me pidió el doctor-.
Loraine soltó un suspiro.
-Perdón. Quiero asegurarme de que todo vaya bien- Reconoció ella. Austin sonrió y vio el reloj que colgaba de la pared.
-Lo sé. Ya es hora, faltan 20 minutos para las 7. Será mejor que nos vayamos ya- Advirtió él.Loraine asintió. Ambos salieron de la habitación, caminaron por los pasillos hasta bajar las escaleras. Ahí, los esperaba Edward, Robín y Joseph. Todos salieron de la casa blanca. Se dirigieron a la limosina que los esperaba. Aunque Austin insistió, no pudo convencer a Loraine de que se subieran a un automóvil diferente. Por el simple hecho de que adentro iba el presidente de Francia. Era por obligación que él debía subir ahí.
Subieron aprisa. Joseph iba al volante, Robín de copiloto. Edward, Loraine y Austin atrás. Aunque por obvias razones quedaban muchos asientos libres. Luego de casi 10 minutos de conducir, llegaron al hospital. Se bajaron y se adentraron ahí. Mucha gente los observaba con gesto de sorpresa. Por supuesto, iba Edward Winston entre ellos. Incluso a Loraine la observaban bastante. Joseph y Robín iban de guardaespaldas. Gracias a Dios nadie se les echó encima para un autógrafo o fotografía.
Finalmente se detuvieron frente al consultorio del Doctor Johnson. Austin tocó la puerta y a los pocos segundos el salió.
- ¡Ah! Llegan a tiempo. Bienvenidos- Saludó a todos de mano. -Señor presidente, un gusto- Dijo deteniéndose para saludar un poco más cortésmente a Edward. El asintió.
-Igualmente- Respondió Edward.
- ¿Qué sigue ahora?- Preguntó Austin.
-Mi equipo está listo. Por favor, ven conmigo. Iremos a la tercera planta del edificio. Ahí te cambiarán de ropa y te prepararán. Por consiguiente te llevarán al quirófano, donde se realizará el trasplante. Recuerden que esto es un trasplante, no una operación- Explicó. Nadie emitió ningún sonido por algunos segundos. Analizaron cada palabra.
- ¿Cuánto tiempo durará esto?- Preguntó Loraine, comiéndose las uñas. Dios, nunca había estado tan nerviosa. Y ver a Austin tan tranquilo, la desesperaba.
-Normalmente, unas 2 horas, señorita Winston- Respondió amable. Apenas lo dijo, llegaron un doctor y una doctora hacia ellos.
- ¿Está listo?- Preguntó la mujer. Austin asintió.
-Lo estoy- Dijo tranquilo.
-No, esperen- Pidió ella. Jaló a Austin del brazo y lo llevó algunos metros lejos de ahí, hasta que estuvieron lo suficientemente alejados de ellos, donde nadie pudiera escucharlos.
-Llegó la hora- Habló él. Loraine no dijo nada, unió sus labios con los de Austin. Se mantuvo así por largos segundos. Simplemente con sus labios pegados a los de él. Moviendose con lentitud, sin mucha rapidez. Un beso corto pero a la misma vez lento. Separó sus labios y lo abrazó con fuerza. Austin suspiró y cerró sus ojos. Sintió su aroma femenino entrar por sus vías nasales. Le encantaba su olor. Se quedaron por mucho tiempo abrazados.
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"La Última Carta" acm
AcakEsta novela NO es mía. OBRA REGISTRADA Y PROTEGIDA CON COPYRIGHT Queda totalmente prohibido la adaptación y/o copia de la misma. No esta permitida la reproducción total o parcial de este documento, ni su tratamiento informático, ni la transición de...