"Hola galán, llámame...."
-De verdad no sé cómo te agradeceré lo que hiciste, Robín...- Dijo Loraine sin dejar de abrazarlo. Él sonreía enormemente.
-No hay nada que agradecer, señorita. Lo hice por usted, por su familia, por su bien. Yo sabía que David no era quien aparentaba, siempre lo supe... me alegra que todo ya esté bien y que él esté tras las rejas- Respondió él. Loraine dejó de abrazarlo. Austin sonreía al igual que Edward.
-Mi hija tiene razón, además usted no solo ha sido un guardaespaldas, usted es parte de la familia señor Smith, gracias por todo lo que ha hecho por esta familia y por su ayuda en el gobierno- Dijo Edward estrechándole la mano.
-Es un honor trabajar para usted, señor. No agradezca más- Finalizó él.
-Bien... creo que para festejar todo esto, pediré en la cocina que preparen una deliciosa cena para todos nosotros- Avisó Edward. -Así que, los espero en 1 hora en el comedor principal, ¿De acuerdo?- Dijo viendo a Loraine y Austin, al igual que a Robín. Todos asintieron.
-Si papá. Entonces iremos a arreglarnos- Dijo Loraine, dando pasos hacia atrás. Austin la siguió.
-Sí, no lleguen tarde- Pidió. Ellos asintieron y ambos subieron la larga fila de escaleras. Llegaron hasta la habitación de Loraine. Al entrar, ella cerró la puerta con llave y Austin solo se quedó observando todo fijamente. Se quedó boquiabierto.
-Esto es del tamaño de mi casa- Susurró. Loraine rió.
-No exageres- Pidió ella. -Hay que arreglarnos. Voy a bañarme, espérame, salgo rápido para que luego ocupes tú la regadera-.
A continuación, abrió su enorme armario y sacó una toalla que se amarraba a todo su cuerpo, para ponérsela al salir del baño. Caminó hasta la puerta del baño.
- ¿Y si nos bañamos juntos?- Preguntó Austin. -Digo, para ahorrar tiempo...-.
Loraine soltó una risita.
-No, ahora no Austin... ya regreso- Dijo ella, le lanzó un beso y cerró la puerta del baño. Austin sonrió coqueto y se acercó a la puerta. Estuvo parado ahí varios minutos hasta que la escuchó abrir la regadera. El agua empezó a caer con fuerza. Esperó algunos segundos. Sigilosamente, giró la chapa hasta hacer abrir la puerta. Sin emitir ningún sonido, entró. Vio la silueta de Loraine al otro lado de la cortina transparente. Joder... se éxito inmediatamente. Eso era mucho para cualquier hombre. Sin pensarlo dos veces, se deshizo de su ropa. Lentamente se acercó hasta la cortina y la deslizó poco a poco. La observó... desnuda. Jodidamente sexy, jodidamente perfecta, jodidamente tentadora. Recordó al instante cuando le hizo el amor en el auto... eso lo sobrecalentó el doble. Se lambió los labios al verla pasarse sus manos por el cabello, para quitarse el shampoo. El agua caer por su piel, bajar por sus pechos, deslizarse por su feminidad hasta caer por sus piernas, lo desesperó demasiado. Sintió como se formaba una gran erección inmediata. Finalmente ella abrió los ojos y se sobresaltó al ver a Austin.
- ¡Austin!- Gritó. Inconscientemente se cubrió los pechos y su feminidad. Austin sonrió cautivante. Ella sintió que se sonrojaba ligeramente.
-No necesitas cubrirte, te he visto así antes...- Dijo él entre un susurro. No apartaba la mirada de su cuerpo. Eso la incomodó bastante.
-Austin... ve... vete- Dijo nerviosa. Observó que él estaba completamente desnudo y sin vergüenza alguna.
- ¿Por qué?- Preguntó. A continuación, metió un pié a la regadera, luego el otro. Estaba adentro, a unos metros de ella. Empezó a dar pasos lentos hacia su cuerpo. Loraine) sintió como su cuerpo se calentaba sin siquiera ser tocada por él. ¿Cómo lograba eso en ella? -Podemos... pasarla... bien...- Susurró él, llegando hasta ella. La acorraló entre la pared de la bañera y el agua cayendo. Austin empezó a empaparse. Eso solo lo hacía lucir más jodidamente sensual.
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"La Última Carta" acm
RandomEsta novela NO es mía. OBRA REGISTRADA Y PROTEGIDA CON COPYRIGHT Queda totalmente prohibido la adaptación y/o copia de la misma. No esta permitida la reproducción total o parcial de este documento, ni su tratamiento informático, ni la transición de...