"Capítulo 20"

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Loraine sintió que unas manos la sacudían. Abrió los ojos y se percató de que se había quedado dormida en el suelo. Alzó su mirada para ver al chico que estaba frente a ella.

— ¿Te da gusto verme?— Preguntó él con una gran sonrisa. Loraine sintió que su corazón se aceleraba mucho al verlo.

—Aléjate de mí— Susurró ella. Sintió que su cuerpo le temblaba al verlo. Inconscientemente, empezó a arrastrarse hacia atrás por el piso.

—Hey, ¿Qué pasa? Soy yo, tu novio— Aclaró él, confundido. Loraine negó con la cabeza.

—No lo eres, además tienes un arma, ¿Crees que soy estúpida? ¿Dónde está Austin?— Dijo poniéndose de pié. Se fue acercando hasta la puerta pero él la acorraló contra una pared. La respiración de ella se agitó.

—Haber… comencemos de nuevo, ¿Si? no lo entiendes, Loraine. Viajé hasta aquí para salvarte, para llevarte conmigo de vuelta a Francia— Dijo él.

— ¡No! no te creo absolutamente nada. ¿Dónde está Austin? ¡No te lo repetiré de nuevo!— Le gritó ella.

— ¿Austin? No sabes nada sobre él, ¿Cierto? Es un delincuente, cariño…— Avisó David.

—Sé todo sobre él…— Se defendió ella. David rió, sarcástico.

—Sé más de lo que crees. Mató a Josh Williams— Respondió él. Loraine se quedó paralizada al escucharlo decir aquello. Jamás esperó que se enterara de eso.

— ¿Cómo…?— Susurró ella, esquivando la mirada de él.

— ¿Cómo lo supe? Fácil. Yo le pagué para ello— Dijo sonriente. Fue ahí cuando los latidos de Loraine aumentaron. Sintió un escalofrío recorrerle todo el cuerpo. Observó a David, su mirada era profunda. Sintió muchísimo miedo.

— ¿Qué?— Pronunció ella casi inaudible. Un nudo en su garganta se formó. — ¡Estás mintiendo! ¡Lo dices para que lo abandone! ¡Pero eso no pasará!— Gritó ella, nerviosa. Más nerviosa que nunca en su vida.

—Querida, querida Loraine… eres tan inocente e inofensiva— Dijo él burlón. — ¿De verdad le creíste a Austin cuando te dijo que fue un ‘accidente’?— Una risa se escapó de su boca. —Por Dios… te cegó por completo. Le pagué exactamente medio millón de dólares por matar a Josh Williams. Josh era un asesino a sueldo que quería matar a mi padre, por la sencilla razón de ser el vicepresidente de Francia. ¿Cómo conocí a Austin? Eso es más sencillo, es un agente secreto, bueno, también asesino a sueldo, que trabaja para un amigo mío de toda la vida, llamado Sean Orwell. ¿Sorprendida?— Le preguntó. Loraine sintió como se hacía más y más débil con cada palabra que él pronunciaba. Su corazón empezó a destrozarse pedazo por pedazo. No pudo si quiera hablar, estaba temblando como nunca en su vida. —Aún no acabo. Todo esto no sucedió hace un año, en realidad, sucedió hace dos meses. Cuando me enteré que Josh quería matar a mi padre, llamé a Sean a los Ángeles. El como siempre, estaba disponible. Y lo hizo, me consiguió a Austin y a su equipo que con todo gusto aceptaron la misión. En unos días ya tenían a Josh nadando por algún río. Le pagué a Austin y a ellos su dinero directo a su cuenta bancaria. Cariño… ¿De dónde crees que compró su mustang negro? ¿De dónde crees que sacó dinero para comprar la enorme casa en la que estaban hace un rato? Él no te dijo nada sobre la casa por la misma razón. Y ‘Sean’ su ‘hermano mayor’ ‘que le pagó el viaje en crucero’ ni siquiera existe. Austin no tiene hermanos. Trabaja para Sean Orwell. Christian y Andrés son parte del equipo también. El día en que se pelearon Austin y Andres en la casa de ellos y que tú los escuchaste, fue por que la policía descubrió a Andrés con algo de marihuana y los investigarían. Como su equipo es secreto, no podían arriesgarse a que investigaran esa casa, pues ahí tienen miles de armas. Por eso Austin decidió largarse, solo para no ser descubierto. ¿De dónde crees que obtuvo el arma que tenía en su maleta? ¿Eh? Tiene muchas, de diferentes tamaños y créeme… no son de juguete— Finalizó él. Loraine cerró con fuerza sus ojos. No quería asimilar todo eso.

— ¡No!... no…— Susurró ella, con lágrimas en los ojos.

—Lamento decirte que sí. El viaje en crucero fue como su recompensa por haber hecho el asesinato perfecto sin dejar huella. El asesinato de Josh Williams. Los jodidos cabrones se echaron a la bolsa medio millón cada uno. Y bueno… qué decir del cáncer, en realidad si lo tuvo. Pero el puto genio consiguió como pan caliente un donador. ¿Cómo no conseguirlo con medio millón en la bolsa? Está totalmente recuperado ahora. Y si alguna vez lo viste mal, ‘enfermo’ o algo así, créeme, es un excelente actor. Es de admirarse. Ah, por cierto, no tiene 18 años, tiene 23 años y trabaja en esto desde los 15, desde que su padre murió y le dejó su puesto a él. Se ha vuelto un maestro, un jodido maestro— Hizo una pausa y observó cómo caían lágrimas del rostro de ella. Caían sin piedad. —Debes saber que te mintió como a todas. Y si te ha dicho que ‘te ama’ miente. Solo quiso tenerte para un rato, y nada mejor que mentirte, porque si te decía la verdad, huirías. Y no lo culpo, todos quisieran tener a una mujer como tú… y él te consiguió a su manera. Es una lástima por él, pero bueno… esa es la verdad de Austin Mahone— Finalizó. Loraine agachó su rostro. Sus lágrimas se hicieron interminables. No podía parar de llorar. Su garganta la asfixiaba como nunca antes. No podía creer lo que acababa de escuchar. Todo era mentira. Su padre tenía razón sobre él, podría ser un secuestrador y ella no se daría cuenta. Acababa de ser manipulada por un asesino a sueldo. Como una tonta, una estúpida, una muñeca. Había jugado con ella, se había divertido, había logrado llevársela a la cama, apoderarse de ella, jugar con sus sentimientos, para finalmente… destrozarla. Dejarla tirada como a una muñeca de trapo. Se sentía una pluma, indefensa, quería morir en esos momentos. Todo el amor que Austin fingió tenerle, todas las cosas que le dijo, sobre su enfermedad, sobre su familia, incluso todo lo que le dijo en La Última Carta, había sido mentira. Loraine Winston era otra hoja más en el libro de Austin Mahone. Otra hoja a la que acababan de romper con toda facilidad. Su corazón no respondía. Su oxígeno no respondía. Su estómago no respondía. Sus signos vitales estaban muertos. Sentía que se caía por un precipicio y que nadie podría sujetarla. Se ahogó en su llanto. Andrew le alzó el rostro, para que la viera a los ojos. Ella no pudo dejar de llorar. Él la atrajo a sus brazos de inmediato.

—Sé que te duele… desahógate. Pero a eso vine, estoy aquí para salvarte, para alejarte de ese hombre. Te juro que no volverás a verlo… porque el que en realidad te ama, soy yo— Prometió él. Esta vez, con sinceridad en sus palabras. Si la amaba y mucho. Por eso estaba ahí, para decirle la verdad de las cosas. Hacerla entrar en razón. Por más doloroso que fuera, ella debía saberlo. Y después de todo, David Bourne no había hecho nada malo. Había pagado para que no mataran a su padre. Había viajado de un continente a otro para salvar a la chica que amaba.

—Vámonos… sácame de aquí, sácame de esta ciudad, hazme que olvide todo… te lo ruego, me duele, me duele demasiado David…— Imploró ella. Aún no contenía sus lágrimas. Su dolor era impresionante. Él la apretó más a su cuerpo.

—Eso haré— Finalizó él.

Loraine suspiró. Su mente estaba dando vueltas. Necesitaba irse, largarse de una vez. No podía volver a ver a ese hombre que la destrozó por completo… que le mintió miles de veces… que le vio la cara de estúpida… que la enamoró ciegamente… Austin Mahone.

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David eres un maldito puto como se te ocurre inventar semejante cosa!

Voten y comente para saber que les parecio! YA VAMOS POR CAPÍTULO 20 QUE EMOCION ESTOY QUE SALTO DE LA ALEGRIA. Quedan mas o menos 20 cap'itulos mas ya que uni como 3 para hacerlos mas largos. Pacense por mi otra novela dentro de algunos minutos termino el capitulo y lo subo.

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