"'Vas a vivir, muchacho..."
Había sido un largo viaje, pero ya estaban ahí. Loraine suspiró profundamente. Austin la tomó de la mano con ternura.
-Bien... de nuevo aquí- Susurró.
-Nunca imaginé estar frente a la casa blanca de Francia...- Dijo él sorprendido. -¿Esto es un castillo acaso?- Preguntó.
-Créeme, es todo menos un castillo- Respondió ella. -Creo que me estoy arrepintiendo...- Susurró. Austin negó con la cabeza.
-No, cariño. Ya estamos aquí. Recuerda a lo que hemos venido, a que recuperes a tu padre. Estoy seguro de que todo saldrá bien- Afirmó él.Loraine asintió.
-Está bien- Dijo casi inaudible. -Vamos-.
Loraine empezó a caminar hacia el frente de la enorme reja negra. Había una pantalla pequeña colgada en un extremo. Presionó un botón.
- ¿Joseph estás ahí?- Preguntó ella. A los pocos segundos un hombre apareció en la pantalla. Lució feliz al verla.
- ¡Señorita Winston!- Dijo alegre. -Le abro de inmediato- Avisó.
-Gracias- Respondió ella. Al instante la enorme reja se empezó a abrir de ambos extremos. Austin estaba realmente sorprendido. Una vez que se abrió por completo, ambos entraron. Empezaron a caminar por un sendero, alrededor había flores, árboles, arbustos, fuentes, de todo tipo y tamaños. Era realmente espacioso y bello. Finalmente llegaron hasta la gran puerta. Un hombre vestido de negro con lentes oscuros les abrió.
-Señorita Winston, bienvenida de vuelta a casa- La recibió él. Le estrechó la mano con amabilidad. Ella sonrió.
-Gracias señor Joseph- Dijo soltándole la mano. -Mire... le presento a Austin- Dijo, señalándolo. Austin sonrió con algo de nervios. El hombre corpulento lo observó antes de darle la mano.
-Ah, ¿El chico por el cual te escapaste, te peleaste con tu padre, te escondió de la policía y provocó una revolución en el gobierno?- Dijo Joseph con algo de molestia en sus palabras, para intimidar a Austin. Le estrechó la mano y se la apretó con una fuerza tremenda, casi se escuchó el crujido de sus huesos. Austin sintió un miedo recorrerle el cuerpo. ¿Cómo no sentirlo? Ese grandulón le daría miedo a cualquiera.Loraine volteó los ojos y rió.
-Si... ese soy- Susurró. 'Soy hombre muerto' pensó en su mente.
-No te asustes Austin. Joseph solo bromea, el sabe lo que pasó con David... ya se lo he contado por teléfono- Avisó ella. Austin suspiró ligeramente.
-Joder... que alivio. Por poco creí que me mataría- Dijo él. Joseph rió y Loraine tambien.
-No, muchacho. Eres de los buenos, te aseguro que eres bien recibido aquí- Afirmó. Austin sonrió.
-Gracias señor- Respondió Austin amable.
-Bueno, iremos con mi padre. ¿Dónde está? - Preguntó Loraine.
-Los está esperando en su oficina- Dijo él.
-Gracias- Finalizó ella. Tomó de nuevo de la mano a Austin y se dirigieron hacia la oficina. Una vez que llegaron al frente de la puerta, Austin se detuvo en seco.
-No estoy seguro de esto...- Susurró.
- ¿Qué? Tú tuviste la idea de venir. Ahora, tranquilo. Supongo que mi padre ya sabe lo que pasó, Joseph o Robín le habrán contado. Vamos- Respondió ella. Austin suspiró y sintió unos nervios enormes dentro de él. Finalmente Loraine abrió la puerta de aquella enorme habitación. Lo primero que vieron, fue a Edward parado frente al escritorio. Era notable que ya los estuviera esperando. Austin por poco se queda inmóvil, pero ella lo jaló hacia adentro. Hubo un momento de incómodo silencio.
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"La Última Carta" acm
RandomEsta novela NO es mía. OBRA REGISTRADA Y PROTEGIDA CON COPYRIGHT Queda totalmente prohibido la adaptación y/o copia de la misma. No esta permitida la reproducción total o parcial de este documento, ni su tratamiento informático, ni la transición de...