"Capítulo 17"

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No me hago responsable de traumas psicológicos después de este capítulo c:

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Loraine llevaba casi 2 horas en el auto. En realidad, ella quiso esperarse ahí. Austin le había dicho que se fuera a la casa pero ella había preferido esperarlo, de cualquier forma, no tenía nada que hacer. Estaba escuchando el radio y en una ocasión se había dormido algunos minutos. Ella no podía entrar a donde atenderían a Austin. Se estaba quedando dormida de nuevo, cuando alguien tocó a la ventana del auto. Se sobresaltó ligeramente, volteó y vió a Austin con una enorme sonrisa afuera. Sonrió y le quitó el seguro a la puerta. Él se sentó en el copiloto de nuevo.

— ¿Cómo te fue?— Preguntó ella sonriente. Austin parecía animado.

— ¡Bien! En realidad no esperé que me trataran tan bien…— Susurró. —Sólo me explicaron en qué consistiría el tratamiento y pues, me dieron una plática. También me dieron medicamentos por la fiebre y lo que me pasó hace rato. Solo ha sido eso— Finalizó.

—Pues me alegra que te hayas sentido a gusto— Respondió ella. Austin asintió con la cabeza.

—Lo sé. Oye… ¿Me dejas manejar?— Preguntó.

—Tranquilo, yo manejaré— Repuso ella. Austin la ignoró y se bajó del auto. Lo rodeó y llegó hasta la puerta del piloto. La abrió y ella solo reía.

—Adelante, Miss Francia— Pidió él. Ella rió.

—No, yo manejaré, no tienes fuerzas, estás enfermo— Le recordó ella. Austin la jaló del brazo y la hizo que se saliera del auto. La tomó de la cintura y la pegó a la puerta trasera.

— ¿Segura que no tengo fuerzas?— Preguntó, muy cerca de sus labios. Se pegó completamente a ella, acorralándola.

—No intentes seducirme, no funciona conmigo— Se burló ella, poniendo su mano sobre los labios de Austin, que se acercaban a ella. Él sonrió y arqueó una ceja.

— ¿Estás segura de que no funciona?— Susurró a su oído. ¡JODER! Él sabía que eso encendía todas sus hormonas. —Um… que lástima…— Dijo ahora bajando a su cuello, el cual besó, lambió y mordisqueó ligeramente por todo su contorno. Eso hizo que ella cerrara los ojos inconscientemente. —Porque, en verdad tenía mucho para darte…— Ahora, le acarició toda la pierna, subió su mano hasta su blusa y se la alzó ligeramente. Logró acariciarle su abdomen. Luego, repentinamente, la tomó con ambas manos del trasero y la apretó contra su miembro. Eso fue el fin para ella, se rindió. Tomó a Austin del rostro y lo besó con desesperación. Él la correspondió de la misma manera. Chocaron sus lenguas y hundieron sus labios en exquisito placer. Ella enredó sus brazos al cuello de Austin y él la sujetó con fuerza de la espalda. Austin la mantenía acorralada al automóvil. El beso se prolongó varios segundos, hasta que se separaron para tomar aire.

—Austin… estamos en un estacionamiento— Le recordó ella. El volvió a su cuello para besárselo con más exigencia. Ella no pudo evitar gemir en voz baja.

—Podría hacerte el amor aquí mismo, cariño— Susurró él sin separarse de su cuello. Eso solo provocó que Loraine sintiera una incómoda calentura en su feminidad.

—Puede venir alguien— Habló ella, pero seguía con los ojos cerrados. Acarició el cabello de Austin.

— ¿Y qué? Le daremos una buena función— Dijo él. Ella lo hizo que se separara de su cuello, para mirarla a los ojos.

—No— Negó ella. Austin hizo un puchero, a Loraine se le hizo tiernísimo. ¡Que guapo era!

—Súbete al auto. Esto no se quedará así— Amenazó él. La soltó y ella hizo lo que le ordenaba, se subió al copiloto. Santo Dios, ¿Qué le esperaba? Se tensó de tan solo pensarlo. Austin se subió y encendió el motor. Empezó a conducir con cierta rapidez. En todo el camino, la observaba de reojo. Ella seguía con la respiración agitada.

"La Última Carta" acmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora