Los rayos del sol entrando por su ventana, le calaron directo al rostro. Abrió los ojos pero no fue precisamente eso lo que la despertó. En realidad fueron unos golpes en la puerta. Se levantó adormilada y se aproximó a abrir.
— ¿Lista?— Preguntó él, con dos mochilas en sus manos. Loraine se talló los ojos y bostezó.
— ¿Qué rayos haces aquí tan temprano Austin?— Se quejó.
—Tengo muchos planes hoy. Tenemos que iniciar temprano para poder acabar todo— Dijo él. Loraine hizo rostro de molestia.
—Oye… oye, ¿Quién dijo que ya ganaste?— Preguntó ella. Austin esbozó una sonrisa y se adentró a su habitación, sin previo aviso. Cerró la puerta y dejó las dos mochilas en el suelo.—Gané, Loraine. Así de sencillo— Afirmó él.
—No Austin. Arrepiéntete y pídeme perdón. Creo que lo merezco, ¿No? Además… maldición, ¡Arrepiéntete! ¡Hice que caminaras en trusa por toda la jodida playa! ¡Hice que cantaras frente a mucha gente! ¡Hice que te cayeras de la tabla de surf! ¡Hice que fueras mi esclavo todo un día! ¡Hice que me consiguieras a un chico guapo! ¡Hice que…— Austin la interrumpió.
— ¡Sé todo lo que hice! Créeme, lo recuerdo perfectamente— Habló él.
— ¿Entonces? ¡Arrepiéntete!— Gritó ella. Austin pasó una de sus manos por su cabello. Suspiró y la vio fijamente.
—No, cariño. No me arrepiento de nada. Porque gracias a las bromas que te hice, gracias a todo lo que pasó esta semana, me di cuenta de algo…— Susurró él. Ella se sintió ligeramente nerviosa por el tono de sus palabras.
— ¿De… qué?— Preguntó, casi inaudible.
—Te lo diré al finalizar el día. El punto es que he ganado, y vamos a divertirnos hoy. Ahora…— Se dio la vuelta y tomó una de las mochilas. —Ten, ponte el traje que viene adentro. Y no hagas preguntas, solo póntelo. Esta, esta es mi venganza ahora— Dijo sonriente. Loraine se cruzó de brazos y negó con la cabeza.
—No, no lo haré— Dijo firmemente. Austin se rió.
— ¿Por qué eres tan terca? Gané. Te prometo que no te haré nada malo, hazme caso. Vamos a divertirnos mucho, planeé este día toda la jodida semana. Anda, hazlo— Se quejó Austin. Ella le volteó los ojos. Sin tener alternativas, tomó la mochila y caminó hacia el baño. Apenas vio de que se trataba, gritó de la sorpresa. Abrió la puerta del baño para salir pero Austin estaba parado justo enfrente, lo cual le impidió salir.
—Sabía que querrías huir, por eso me puse aquí— Dijo divertido. Ella negó con la cabeza.
— ¡NO VOY A AVENTARME DE UN HELICÓPTERO, AUSTIN!— Gritó ella.
—No seas miedosa. Vamos a aventarnos juntos, yo te sostendré todo el tiempo. Lo he hecho antes, tranquila. No es tanta altura…— Confesó él. Loraine negó aún más y más con la cabeza.
— ¿Acaso estás loco? ¡Voy a morir! ¡No pienso aventarme y menos contigo!— Replicó ella. Austin la tomó de la cintura y la pegó a su cuerpo. A continuación, la agarró de una pierna y se la alzó, a la altura de su cadera, logrando con esto que ella pudiera sentir su miembro sobre sus pantalones. Joder… excitante. Pero ella seguía molesta.
—Oye— Le susurró al oído. Ella no hizo nada al respecto, dejó que Austin siguiera tocándole de esa forma la pierna… que bien se sentía la manera en la que la acarició. —Recuerda que esta es mi venganza, no la tuya. Pudiste hacer lo que quisieras por toda la semana, es mi turno. Yo solo tengo un día… si yo quiero, podría tener sexo contigo ahora mismo y no tienes porqué quejarte… ¿Está bien?— La amenazó, acariciando más para arriba su pierna, llegando casi a su trasero. Ella se estremeció. —Ahora ponte el traje, no me obligues a ponértelo yo— Le susurró de nuevo. Se separó y la soltó finalmente.
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"La Última Carta" acm
LosoweEsta novela NO es mía. OBRA REGISTRADA Y PROTEGIDA CON COPYRIGHT Queda totalmente prohibido la adaptación y/o copia de la misma. No esta permitida la reproducción total o parcial de este documento, ni su tratamiento informático, ni la transición de...