"Capítulo 4."

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‘Lunes. Ha pasado 1 día aquí. Ha sido realmente bueno, y en parte malo. Quiero decir, ahora estoy escribiendo frente al balcón, tengo una preciosa vista de la playa al frente. Hace algo de frío pero es soportable. De aquí logro visualizar la piscina del hotel, el restaurante, el bar y algunas personas paseando por ahí. No sé en realidad para quién va dirigida esta carta. Un impulso en mí me ha dicho que la escriba y eso hago. Me la he pasado en las motos acuáticas con los chicos hoy. Gané la carrera, era de esperarse. Christian pagó las cervezas que compramos en el restaurante, donde por cierto, recibimos una visita inesperada. Esa chica… Loraine. Y su amiga rubia. Nos han bañado en vino, joder. Creo que era su venganza, puesto que nosotros las mojamos mientras usábamos las motos. No pensé que fueran a hacernos algo. Y creo que Rapunzel, si ella, la chica de cabello largo, va a vengarse de mi pronto. Lo que no sabe, es que yo lo haré antes. Es interesante todo esto. No tiene idea con quién se mete. Creo que será bueno después de todo, veamos que sale de todo esto.
-Austin’.

- -*-*-*-*-*-*

— ¡Vamos, despierta!— Dijo Ashley, moviéndola de nuevo. Loraine se tapó la cara pero ella volvió a sacudirla.

— ¿Qué?— Respondió, entre un susurro.

— ¡Es martes! ¡Ya amaneció! Vamos a nadar, ¡Anda!— Dijo Ashley emocionada. Loraine se incorporó en la cama y se percató de que su amiga estaba con bikini de nuevo. Volteó a ver la pantalla de su celular para ver la hora.

— ¡Son las 8 de la mañana! Déjame dormir— Exigió.

—No, no y no. Vamos, levanta tu sexy trasero. La playa nos espera amiga—.
Bien, no tenía alternativas. Su amiga era más aferrada que nadie que hubiese conocido. Se levantó, se dio una ducha y se puso de nuevo un bikini. En esta ocasión, color negro. Se mantuvo con el short de mezclilla, hasta que llegaran. Salieron del hotel y volvieron al mismo lugar de ayer, aquella parte de la isla en la que no había nadie y el agua era perfectamente cristalina. Era agua dulce. Se veían claramente los peces nadando por debajo y era completamente asombroso.
Ashley fue metiéndose poco a poco al agua. Hasta que logró adentrarse por completo, ahora estaba en la parte honda.

— ¡Oooh! ¡El agua está tibia! Vamos, entra— Gritó Ashley desde lejos. Loraine  asintió y se bajó el short, dejando ver la parte de abajo de su bikini. Puso primero un pié, luego el otro. Lentamente fue caminando hasta que el agua le llegó hasta el pecho. Se mantuvo ahí unos instantes.

—Está increíble aquí— Dijo emocionada, nadando un poco más cerca de su mejor amiga.

—Te lo dije. ¿Nadamos por debajo del agua un rato?— Pidió Ashley. Loraine de inmediato asintió. Ambas tomaron todo el aire que sus pulmones les permitían y bajaron a lo más profundo que podían. Abajo, pudieron observar miles de especies diferentes. Era impresionante. Abundaban muchos peces de diferentes formas y tamaños. El agua era azul como el cielo, lucía todo como si fuese una película. Había muchas plantas y rocas por debajo. Loraine volteó con Ashley y ella le hizo una seña con la mano, refiriéndose a que saldría a la superficie, para tomar aire seguramente. Loraine asintió. Siguió nadando un par de segundos, contemplando cada curiosidad con la que se topaba. Le encantó estar ahí nadando, era algo totalmente nuevo para ella y además, relajante.
Dejó pasar un par de segundos, para finalmente subir a la superficie a tomar aire. Respiró profundo y abrió los ojos. Volteó a un lado, luego a otro. Luego atrás y enfrente. Ashley no estaba.

— ¡Ashley!— Gritó. Ahora empezó a nadar en dirección opuesta a la que estaba, logrando acercarse más a una enorme roca. Que más bien, era una cueva antigua. Se detuvo ahí y volvió a girar su vista a todos lados. Hasta que la vió, a lo lejos, como una pequeña hormiguita, caminando en la arena junto a un chico rubio. Al parecer se dirigían al hotel. — ¡¿Qué demonios?!— Gruñó. Se acercó rápidamente hasta la costa, para llegar a la arena. Salió, completamente escurriendo de agua. Fue por su toalla que estaba tirada en la arena, junto a su short. Primero empezó a secarse el cuerpo.

"La Última Carta" acmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora