Llevaban algunos minutos hablando dentro de su camarote. Las cosas seguían tensas.
— ¿Entonces para qué viniste?— Preguntó de pronto. — ¡¿EH?!— Esta vez, gritó.
— ¡Vine por ti! Porque tú ansiabas este viaje, Ashley. Sin embargo, no pensé que fueras a revolcarte con el primer chico que se te pusiera enfrente— Respondió molesta....
—No me he revolcado con él, ¡Ya te lo he dicho! Sólo me invitó una copa, ¡Por Dios! Es un chico que viene con sus amigos a divertirse, igual que nosotras. No puedo creer que te comportes así, Loraine. Por si no recuerdas, yo también vine por ti. Quería que te alejaras de Francia, que te olvidaras de los problemas, ¡De todo!— Reclamó ella. Loraine se sentó en la orilla de la cama y suspiró.
—Ya, por favor… ya— Pidió. Ashley también suspiró.
—Escucha, Loraine — Habló Ashley, sentándose junto a ella. —Sé por lo que estás pasando ahora, sé que lo de tu madre no ha sido fácil, sé que tienes problemas con David, sé que no le hablas mucho tu padre, pero todo eso… absolutamente todo, ¡Olvídalo por ahora! Sólo por este viaje, por favor. Te prometo que en cuanto lleguemos a las Bahamas, te encantará. Eres mi mejor amiga y no quiero verte amargada y triste. Vamos a divertirnos, anda… ¿Si? Sólo es una semana, hay que aprovecharla— Prometió Ashley. Loraine se quedó callada unos minutos, luego asintió con la cabeza.
—Está bien… lo haré— Dijo finalmente. Ashley sonrió y la abrazó con fuerza. Ambas rieron.
— ¡Genial! Te aseguro que no te arrepentirás, amiga—.
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El enorme crucero se había detenido. La inconfundible sirena se escuchó de nuevo. Habían llegado a la preciosa isla de Nassau, en las Bahamas. Loraine corrió tomada de la mano de Ashley. Ambas con su equipaje, no podían dejar nada en el barco, pues ahora pasarían una semana entera en aquél lugar. Todos estarían hospedados en un hotel de lujo frente a las cristalinas playas que ahí abundaban. La multitud del barco empezó a bajar y pronto se adentraron en el hotel, dispuestos a cada quién divertirse por su lado.
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— ¿Sabes que es lo que más me gusta de este hotel?— Preguntó Austin a sus amigos, quienes apenas entraban al hotel.
— ¿Qué?— Respondió Christian
—Que tenemos habitaciones individuales, ya no tendré que soportar los ronquidos de Andrés— Dijo alegre. Todos rieron menos Andrés.
—Ni yo los tuyos, viejo. Además la vista es increíble desde los balcones— Respondió animado.
— ¿Qué haremos primero chicos?— Preguntó Christian.
—Yo voto por motocicletas acuáticas— Habló Austin. Eso lo entusiasmaba mucho. Todos lo vieron en señal de aprobación.
— ¡Hecho!— Respondieron al unísono.
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—Anda, sal ya Loraine — Apuró Ashley.
—Hay, ya voy— Se quejó. Pocos segundos después, salió de la habitación. Llevaba un bikini azul que dejaba ver su perfecto abdomen y sus bonitas piernas, pero en la parte de abajo tenía un pequeño short de mezclilla.
—Sexy, amiga. Pero deberías quitarte ese short— Exigió.
—Oh, ni lo pienses. Anda, vamos— Dijo de inmediato. Ashley simplemente sonrió. Ambas salieron del hotel y caminaron hasta la costa de la playa. Había mucha gente, algunos dentro de la playa, otros más en la arena. Ellas decidieron irse a un lugar un poco más lejano de la arena, otro lado de la isla en la que no había nadie, o al menos así lo creían ellas. El agua era cristalina y podían verse los peces nadando debajo. Pusieron sus sillas de sol y se recostaron en ellas, para broncearse. Era realmente cómodo, el sol estaba a su máximo esplendor.
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"La Última Carta" acm
De TodoEsta novela NO es mía. OBRA REGISTRADA Y PROTEGIDA CON COPYRIGHT Queda totalmente prohibido la adaptación y/o copia de la misma. No esta permitida la reproducción total o parcial de este documento, ni su tratamiento informático, ni la transición de...