"Capítulo 8"

223 20 0
                                    

'Jueves. No puedo creer que se me esté dando costumbre escribir cartas sin destinatario. Quién lo diría. Ella ya se ha dormido. La puedo ver desde donde estoy sentado, en el balcón. Su pecho sube y baja tranquilamente. Su cabello choca con su rostro, cae y finaliza muy cerca de su cintura. Es bonita. Bella. Hermosa. Natural. ¿Qué? ¡Retrocede Mahone! Yo no escribí todas esas cosas, ¿O sí? Me aplaudo por usar pluma y no tener corrector. Estoy escribiendo cosas inusuales. No logro entender por qué lo hago. Seguramente la persona que lea mis cartas será muy desafortunada... como yo, que sólo la observo, sin poder ir a abrazarla, acariciarla... besarla. Cómo quisiera hacerlo. ¿Otra vez? ¿Se dan cuenta? De nuevo estoy diciendo estupideces de Romeo y Julieta. Suelo ser un tipo divertido, fiestero, que bebe, fuma... si, solía fumar también. La preparatoria fue una gran etapa que acabo de finalizar, no me arrepiento. Hay muchos recuerdos que no olvidaré, como Chelsea. Esa chica... que no se compara con Loraine. No, si yo creía que Chelsea era la chica más bella del mundo, me equivoqué. Estaba ciego... porque a la chica más bella, la tengo frente a mis ojos. La pregunta que me hago es... ¿Podré superarla cuando este viaje termine? ¿Podré sacarla de mi mente? ¿Podré soportar esto? Va iniciando y mírenme. Este no soy yo... o al menos, no me conocía de esta forma. Es jueves por la noche, el domingo se acerca. No sé que nos deparará el destino, sólo sé que si yo inicié esto, debo terminarlo...

-Austin'.

-*-*-*-*-*-*-*-*

Loraine despertó al escuchar el rechinido de la puerta abrirse. Alzó su cabeza, pues esta le cubría el rostro. Y lo vió, de cuclillas, intentando no ser escuchado.

—¿Qué haces?— Preguntó con voz ronca, aún adormilada.

—Yo... intentaba salir sin despertarte, pero no lo conseguí— Se lamentó.

—Austin, me refiero a, ¿Qué haces en mi habitación?— Preguntó confundida.

—Querida, esta es mi habitación, no la tuya— Informó Austin. Loraine abrió los ojos sorprendida. Se incorporó en la cama y observó a los alrededores. Efectivamente, esa no era su habitación de hotel.

— ¡QUÉ HAGO AQUÍ!— Gritó asustada.

—Dormiste aquí— Avisó él. Loraine se asustó aún más al escuchar aquello.

— ¿Qué? No, no, no, no, no— Dijo levantándose de la cama.

—Sí, si, si, si, si— Dijo Austin divertido al verla tan asustada.

—No me digas que... tu y yo... ¿Cómo llegué aquí?— Dijo tratando de recordar algo. Austin sonrió.

—No, no tuvimos sexo si a eso te refieres— Informó él. Loraine suspiró, aliviada. —Pero, estabas ebria... muy ebria—.

—¿Ebria?— Tocó su cabeza y se percató de que le dolía bastante. —Valla, creo que ya me acordé... bueno, recuerdo cuando me embriagué, solo unos instantes. Después de eso no recuerdo más— Se lamentó.

—Escuché ruidos en el pasillo y salí. Eras tú en el suelo. Te traje a mi habitación y te acosté en la cama para que te durmieras. No ha pasado nada más, te lo juro— Dijo confiable.

—¿Seguro que nada pasó?— Preguntó nerviosa.

—Al cien por ciento— Respondió Austin. Ella suspiró de nuevo y lo observó fijamente. Le regaló una sonrisa.

—Gracias Austin... no debiste— Susurró.

—Si debí. No iba a dejarte ahí sola— Dijo él. Ella sonrió. —Pero... debes decirme, ¿Por qué te embriagaste sola? ¿Qué pretendías?— Preguntó. Loraine cambió su sonrisa por un rostro serio.

"La Última Carta" acmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora