"Capítulo 27"

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"Porque mi deseo ya se cumplió... Y eres tú, Rapunzel..."

Bajaron tomados de la mano por las enormes escaleras. Observaron la estancia del comedor. Se sorprendieron al ver que las únicas personas sentadas ahí eran Robín y Edward. Se acercaron. Austin apartó una silla para que Loraine se sentara. Se sentó junto a ella.

-Papá... ¿Nadie más vendrá?- Preguntó ella confundida.

-No, querida. Recuerda, esto es una cena para festejar que todo terminara. Nadie más tiene por qué venir, solo nosotros- Respondió su padre. Loraine sonrió. Robín y Austin también.

-Me alegra que lo digas, papá- Dijo ella, alegre. Edward asintió. A continuación, llegaron dos meseros y les sirvieron algo de vino, acompañado con su primer platillo.

-Bien, buen provecho...- Habló Robín, dando su primer bocado. Austin lo copió.

-Bueno, creo que es un buen momento para que me hables de ti, muchacho...- Dijo Edward, dándole un sorbo a su vino. Austin dejó su tenedor abajo para comenzar a hablar.

-Pues... que le puedo decir, señor...- Respondió Austin. Pensó un poco antes de hablar. -Como sabe, vivo en Los Ángeles. Tengo 18 años, acabo de graduarme de la preparatoria. Iré a la universidad dentro de poco, si todo sale bien en la operación. Tengo varios planes, quiero estudiar Criminología... quiero ser detective- Dijo, probando su ensalada. Edward se sorprendió al escucharlo. No solo él, _Loraine) y Robín también. Pero sobre todo ella, que no sabía eso de él.

-Oh, ¿De verdad?- Preguntó Edward.

-Así es, señor. Me encantaría servir a la comunidad de algún modo, creo que ese es el mejor. Sé lo peligroso que es, pero precisamente por eso quiero entrar. Me gustan las aventuras...- Lo último lo susurró. Le dio una ligera patadita a Loraine por debajo de la mesa. Ella volteó a verlo y encontró doble sentido en sus palabras. Al instante recordó lo que había pasado hace unos momentos. Sonrió pero evito reírse. Austin sonrió también, discretamente.

-Pues, me agrada eso. Ojalá que puedas ejercer la carrera, de cualquier forma sabes que puedes contar conmigo si se presenta algún problema- Prometió Edward. Austin sonrió.

-Gracias, que amable señor- Respondió Austin.

El resto de la cena, los cuatro hablaron de mil y un cosas. Anécdotas de cada uno, se estaban conociendo mejor. Sobre todo Austin, que procuraba caerle lo mejor posible al presidente. No podía quedar mal, tenía que dar la mejor presentación posible. Porque esto con _____ (tn), no era un juego, iba enserio. Casi una hora después, de platillos diferentes, incluido el postre que consistía en un pastel de filadelfia, terminaron de comer.

-Bueno, terminamos- Dijo Edward poniéndose de pié. Todos lo copiaron.

-Sí, yo me retiraré, si no le importa señor presidente- Avisó Robín.

-No, no se preocupe señor Smith. Valla a dormir, nos vemos mañana- Dijo amablemente. Robín dio las buenas noches a todos y se retiró.

-Yo también iré a dormir. Que pasen buena noche, no se acuesten tarde...- Advirtió, con cierto doble sentido. Ellos rieron.

-No papá. Iré afuera, le mostraré a Austin los jardines. Buenas noches- Dijo ella, dándole un beso en la mejilla a su padre.

-Sí, no se preocupe señor. Yo me encargo de llevarla a su habitación temprano, luego me iré al cuarto de visitas... se lo prometo- Dijo Austin sonriente. Edward sonrió.

-Eso mismo decía yo cuando conocí a su madre que en paz descanse... Cristina. 'No se preocupe, suegro. La dejaré en su casa temprano, luego me iré a la mía. Se lo prometo'- Se burló Edward, soltando una risa. Loraine y Austin se rieron también. Después de todo, tenía un gran sentido del humor.

"La Última Carta" acmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora