Capítulo 6 |Editado|

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- Hace muchos años, una joven de la misma edad tuya, se enamoró de un deshabitado, su único problema era que no podían mantener contacto físico. Ellos se conocieron gracias al Don. Vivían sus vidas separadas una de la otra y esto los enloquecía, así que el chico decidió intentar la "Prueba de Fuego", solo era una leyenda urbana entre los deshabitados en esos tiempos, no como ahora -paró al ver que no entendía lo que decía-. La prueba del Fuego, consiste en tres partes, igual que el fuego en si, este se enciende, se propaga y se consume. Solo que acá es así: se busca el cuerpo del deshabitado, se interna en el y por último, se soporta el dolor del cuerpo maltratado.

No podía creer que todo eso lo decía en serio, se podía suponer que la historia no terminaría bien.

- El amor era tan grande, que podía destruir mundos y crear unos nuevos -siguió-. Sin oposiciones ni dudas, prosiguieron para iniciar la prueba. Buscaron el cuerpo del chico y ella cumplió su parte. Ya cuando iban por la tercera, los Mayores descubrieron lo que tramaban y fueron por ella, incrédulos de que se pudiera traer de vuelta a las personas, ahora es un tema del cual no tienen control absoluto, lo que les molesta. La joven asustada dejó morir de dolor a su amor y escapó, pero no lo suficiente, dejando que los Mayores la mataran, sin saber que su poder escaparía de su alma y sería arrastrada hasta la primera persona viva que encontrara. La magia pasó de persona en persona hasta que llegó a su último paradero.

- ¿Yo? -me atreví a preguntar.

- Amy. La pequeña que murió en el accidente. Cuando sucedió aquello, el poder no iba hacia ti -me miró-, iba hacia él -apuntó a Caden quien no parecía sorprendido, yo no sabía que él había estado presente en el accidente-. Ellos tienen a Amy, ya que creen que aún mantiene su poder, pero...

- ¿Cómo es que yo lo tengo ahora? -la interrumpí.

- Se supone que Caden no debía morir, pero la colisión lo mató -Él agacho la cabeza, se podía ver el dolor recorrerle la cara-. Así que parte de la magia pasó a ti, una gran parte, más de lo normal, pero él mantuvo algo, por eso te puede tocar. Yo no podría. O cualquiera de nosotros, no sin causarte dolor.

- ¿Por eso decías que no permitiera que me tocaran?

- "Por eso muertos están,para que su dolor no caiga en los demás" - dijo Caden mientras asentía levemente con la cabeza sin mirarme-. Un viejo dicho.

- El peso de su vida es tan grande que podría dejarte inconsciente o demente, sin mencionar la muerte -tragó saliva y siguió-. En fin, buscan sus poderes, los Mayores, ya que planean algo grande, la destrucción de este lugar. El problema es que no te buscan viva, si no muerta. Viva no pueden acceder a ti, pero muerta..

- ¿Por qué tengo que traerlo a la vida? ¿Qué sacamos con eso?

Estaba al borde de la histeria, no pensaba con claridad, sentía que esta ya era casi una broma ¿Cómo iba a traerlo y con que motivo? ¿A caso tenía miedo Caden de este lugar? 

- Ustedes tienen que destruir acabar con lo Mayores antes que estos lo hagan con ustedes -aclaró tranquila Zoella.

- ¿Y por qué no lo puedo hacer yo viva y em muerto?

- Nunca habían tenido a un deshabitado con el Don, era algo que ellos veían imposible, pues no pueden controlar a los vivos, pero a los muertos... -lo decía como si ya hubiera pasado por eso.

- Quiere decir, que con Caden vivo pueden dominar el Don -comenzó nuevamente Zoella-. Ellos lo quieren para su propio bien, quieren atacar a los vivos, los culpan por cosas sin sentido y tú deber, el deber de ustedes dos es destruir el Don y consigo a los Mayores.

Salí de la habitación automáticamente, en realidad no pensaba que estaba haciendo ni por qué escapaba de la situación, quizás era mucha información par mi. Caminé tan rápido como podía mientras llevaba mis mano hacia mis costados apretándolas en puño para sentir otro dolor que no fuera esta angustia que crecía en mi pecho, no quería morir por algo que no había pedido. No sabía si salir o ir a otra habitación, así que decidí abrir la primera puerta que encontré. Era un pieza, que solo tenía una cama. Me senté en ella a punto de explotar, quizás en irá o llanto. Luego de un rato, alguien abrió la puerta.

- No permitiré que te maten -las palabras no le salían.

Caden se sentó a mi lado en el momento en que yo comenzaba a sacudirme frenéticamente, por el frío y el llanto que había decidido salir. Después de todo lo sucedido durante estos días, recién le sentía el peso a mis acciones.

- Tengo que decirte algo...

- No, por favor -dije sollozando. Ya no quería saber nada más, no hasta calmarme.

- Yo estaba en el auto negro -lo mire atónita dejando de llorar-. Pero no era el conductor -dijo antes de que yo protestara o mencionara algo.

Él había muerto en un horrible accidente, no sabía como iba a ser capaz de soportar tanto dolor cuando recuperará su cuerpo, si es que eso se podía, cosa que dudaba, nunca había estado aquí y no creía que lo que tuviera fuera un don o algun poder, solo pensaba que era una gran molestia. En eso, la médium entra en la pieza.

- Tu pelo es un problema si es que iras a ver a los Mayores -dijo algo molesta.

- ¿Los iré a ver? ¿No será muy fácil? Será como si me estuviera rindiendo -proteste.

- Van a ir en busca de Amy, no a entregarte -dijo mientras rodaba los ojos- ¿Blanco violeta o gris?

- No me decoloraré el pelo -dije cruzando los brazos. Pude escuchar como Caden reía.

- Ya es bastante rubio, te quedará bien -dijo mientras él iba a un cajón y sacaba una caja de tintura color blanco violeta.

- ¿Estás de broma? Puedo usar peluca -y fue lo último que dije antes de que la medium me arrastrara al baño más cercano-. ¿Por qué tienen tintura acá?

~•~

Una hora después mi pelo era corto, un poco más abajo de los hombros con rulos y, ahora era blanco, pero era hermoso.

- Te ves extraña -mencionó Caden entrando en el baño mientras dobla la cabeza hacia un lado examinándome.

- Te detesto, esto es realmente absurdo, podría haber usado una peluca -protesté sin ganas.

- Estás hermosas -dijo cambiando de tono en el momento en que se iba y me dejaba mirándome al espejo aún impresionada por el cambio de color.

- Mi mamá me va a matar.

Volví a mirarme al espejo, era imposible lo que estaba haciendo, estaba de a poco cambiando para poder internarme en este mundo, al que por cierto, no tenía ganas de ser parte. Aún no entendía por qué tenía que traer a la vida a Caden, era difícil de procesar, mi mente trabajaba a mil por hora para pensar con claridad, pero cada vez me sentía más perdida.

DeshabitadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora