- Alexa -era mi mamá al teléfono-. ¿Puedes regresar sola?
- Si, mamá -ya era la milésima vez que se lo decía-. Puedes estar tranquila, voy a una pocas cuadras de casa.
- Cuídate -dijo mi mamá en el momento en que colgaba.
Hoy había sido el cumpleaños número dieciséis de Cordelia, mi mejor amiga. Su casa había estado repleta de personas como familiares o amigos, todas bien vestidos y a la vez abrigados, pues el frío en esta época del año quemaba cualquier rastro de piel que no pudiera cubrir la ropa. Yo llevaba unos pantalones azul marinos con botones dorados en las partes de los bolsillos, me puse un top blanco con un blaiser azul, todo esto lo convine con unas botas negras con taco. En este momento me arrepentía de no haberme puesto más ropa.
Mi amiga amaba hacer todo a lo grande, pues decía que todo sucedía solo una vez en la vida y este tenía que ser el momento, este era su momento de brillar. Era algo dramática en ese sentido, yo solo creía en ..., en realidad no sabía bien en que creía.
Las casa que se asomaban a mi alrededor eran todas de colores blancos o celestes, algunas de tres o dos pisos, con un jardín delantero envidiable. Amaba este vecindario, excepto por él bosque que se asomaba al otro lado de la calle. A la derecha eran casas y a la izquierda puro bosque, el cual era poco habitable, pues las autoridades recomendaban entrar con discreción a ese sector, nadie sabía por qué o los que sabían preferían omitir comentario, por lo que caminé lo más rápido que pude para evitar estas calles y llegar lo más pronto a mi casa .
En la fiesta había estado con Cordelia y Miles, mis mejores amigos, mis mayores confidentes y sobre todo, eran en quiénes siempre podría apoyarme. Éramos inseparables, lo que a veces provocaba grandes problemas. Hubo una ocasión en la que Miles se enfermó y nos contagió a las dos, estuvimos enfermos por una semana, pero teníamos un gran lema que nos mantenía unidos. "En los malos camino habrán grandes amigos"
Un fuerte ruido se acercaba por mi espalda sacándome de mis recuerdos, por lo que me giré sobre mis talones pudiendo ver como un auto negro se acercaba a gran velocidad patinando a causa de la nieve. Me alejé de la calle en caso de que se me acercara mucho. En eso un auto gris sale perpendicular al auto negro, el cual no alcanza a frenar, provocando un gran chillido por el roce de los neumáticos contra el asfalto. Ambos autos salieron girando hacía el árbol más cercano y las llamas estallaron.
Tod ocurrió en una fracción de segundo, no me dió tiempo suficiente para pensar o asimilar lo que acababa de ver. Mi pulso se aceleró y comencé a tiritar no solo por frío, sentía algo que invadía mi cuerpo, una sensación extraña, algo indescriptible. La gente ya empezaba a salir de sus casas mientras el fuego consumía el metal, no había signos de vidas.
De repente pude ver como una niña salía llorando del auto, se veía menor que yo. Su pelo pasó de rubio a un blanco grisáceo y su piel se volvió de un tono blanco y violeta, manchada de sangre que le recorría desde la cabeza hasta los pies. Su brazo estaba doblado en un ángulo extraño. Cada vez se volvía más y más gris, era demasiado extraño, quizás el polvo la cubría, no podía pensar con claridad, pues un dolor comenzó a crecer en mi pecho y cabeza, probablemente era el humo o el miedo haciendo efecto.
- ¡Ayuden a esa niña! -grité en el momento en que personas se me acercaban. Hubo solo una persona que se acercó totalmente hacía mi, era una mujer bastante mayor.
- ¿Que niña? -preguntó inquieta-. Si no hay...
No alcanzó a terminar la frase, ya que yo había ido tras la niña que era arrastrada hacía el bosque. No sabía que era lo que estaba sucediendo, yo no tenía estos ataques de adrenalina que me hacían correr a la muerte. Las llamas producía un agradable calor y una inmensa nube de humo por la cual no pude respirar. Comencé a toser y caí sobre mis rodillas agachando mi cabeza para protegerme de esa enorme nube negra. Cuando levante la cabeza, ya no se encontraba la niña. Se había ido y con ella se llevaba el ruido de las sirenas de los bomberos y de las ambulancia.
Unas manos me rodearon por los brazos y me arrastraron hacía la vereda, donde lo último que vi fue a personas rodeandome y hablándome entre ellas la niña, ya sin sangre, articulando la misma palabra.
"Ayúdame."
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Hola!! Bueno este es el prólogo, el comienzo de muuuuchas cosas... :) Este es el trailer hecho por fxckmeObrien todos los créditos a ella.
Espero que les guste!! No se olviden de comentar y votar.
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Deshabitados
Novela JuvenilTodo cambió, sin derecho a reclamar. Para Alexa ya nada a sido lo mismo después de cuatro años del accidente, incluso no le importó tener que vivir con lo que le tocó. Pero las cosas siguieron, y seguirán, cambiando y ahora muchos dependerán de ell...