Capítulo 35

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      Caden

Había sido una estúpida idea haber llegado hasta acá en un principio, además no tenía nada que hacer acá en este sitio, en donde se habían confabulado los hechos y mundos para que yo muriera hace cuatro años. Era un idiota por haber hecho que Alexa me siguiera hasta aquí, era bastante evidente que se percataría de mi ausencia en la fiesta de su amiga Cordelia, pero algo me llamaba a este lugar, quizás el hecho de que aquí fue la última vez que estuve vivo, no lo se, pero si sabía y era parte de mi idea, que Alexa me seguiría, era a veces muy terca y obstinada para sus cosas y no me iba a dejar ir tan fácilmente si una explicación. Pero ahora era tarde, ella se había ido con los Mayores, con Cameron y Linette y no había forma de seguirla pues ella tenía todo el Don, por más que yo ya hubiera tocada y sacado un poco de energía y vida del árbol que ella tocó antes, no existía forma aparente en trasladar a toda una horda de vivientes para ir en una misión suicida.

Antes de correr a la casa de Cordelia toqué el otro árbol, el cual rozó Amy en el momento en que su cuerpo pasaba de vivo a muerto frente a Lexi. Su energía no era tanto como el mío pero servía para un par de vueltas por el Mundo Morto.

En la casa de Lia no fue difícil encontrar a Sam, Lily y Olivia, estaban los tres tomando al lado de la barra que había instalado horas antes Cordelia. Ahora ella estaba algo borracha bailando con Miles en el centro de la pista, moviendo su cuerpo y brazos muy aleatoriamente frente a él, pero no parecía importarle. ¿Qué clase de amigo sale primero con una de sus amigas y después la otra? A veces las ganas de partirle la cara a Miles por haber estado con Lexi ahora con Lia eran innumerables, pero tenía que concederle el hecho de proteger y cuidar a mi chica cuando ella me odiaba, en realidad le debía la vida a Sam y a Miles. ¿Por qué Lexi tenía que tener tantos amigos hombres?

Estar ahí parecían años luz, en el centro bailando con Lexi, ella pequeña con su largo vestido rojo intentando llegar a mi estatura con esos tacos negros, pero amaba que fuera pequeña, sentía que era más fácil protegerla, aunque ella me lo pusiera demasiado complicado. Ella antes lloraba sin querer que lo supiera, pero lloraba por mi, por nosotros, por ella, todo la sobrepasaba, estaba cansada de lo que le había tocado y ya era hora que lo liberara.

- Ahora hay que volver donde Amelia -grite sobre la música ya estando en frente de Sam.

- ¿Que pasa? ¿Donde esta Alexa? -pregunto distraído.

- Con Cameron y Linette

Ninguno dijo nada o eso quería creer, en realidad no los podía escuchar, estaba en una especia de bloqueo mental, me tenía preocupado el paradero de Lexi, si estaba bien, si los Mayores le habían hecho algo o su hay estaba... No ella estaba bien y sobre todo estaba viva, esperando a que llegáramos ella.

El camino fue rápido y silencioso, después de la casa nadie preguntó nada, todos estaban asustados, pues ya todos sabíamos el súper secreto que se habían guardado Lexi y Sam, muchos de otros consejos ya lo sabían y se hozaban a criticar su cordura frente al puesto de los Temiks, del consejo más grande de todos los vivientes. Pero sabíamos que ella era la indicada para esto, nadie lo haría mejor que ella, solo teníamos que darle la oportunidad de demostrarlo y triunfar.

Llegamos a la casa de Amelia antes de lo esperado, pues Sam había conducido más rápido de lo permitido, pero se trataba de la vida de Alexa. Todos ya sabían, pues Sam se había tomado él tiempo de avisarle a Patrick de que era hora de aplicar el plan de contingencia frente a la desaparición de Lexi, por lo que cuando entramos por la gran puerta de la casa de Amelia todos ya estaban en movimiento, había más gente de lo normal rondando por los pasillos. Algunas personas con trajes, dos hombres de terno y una mujer de vestido azul, hablaban con Amelia . Elliot por su parte hablaba con otros dos hombres vestidos con prendas más informales de colores negros y blancos. Emma intentaba tranquilizar a Christina quién al verme cruzar por el umbral de la puerta se arrojó contra mí intentando ver si estaba herido como lo haría cualquier mujer con hijos. Dentro de estos últimos días había estado viviendo en la casa de Alexa por lo que era frecuente encontrarme con su a cualquier hora del día, lo que me había también permitido establecer un buen lazo con ella.

DeshabitadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora